24.12.08

Ernie procesa a Bond

Después de enterarme de que el juez español Baltasar Garzón intentó hace poco procesar al difunto dictador español Francisco Franco Bahamonde (muerto en 1975, hace 33 años) y a 12 generales golpistas más por crímenes cometidos durante y después de la Guerra Civil Española, ya terminé de convencerme de que este fanatismo -como todo fanatismo- de las ONG de derechos humanos había llegado a extremos estúpidos. El figuretti Garzón no sólo pretendía procesar cadáveres, sino que -como bien lo puntualizó el histórico líder comunista Santiago Carrillo- con ello se traía abajo la base de la transición española: la izquierda olvidaba los excesos de la derecha y ésta legalizaba al Partido Comunista y aceptaba tanto las autonomías cuasi federales como las lenguas regionales, temas muy duros para la derecha castellanista.

Además que Garzón se olvidaba de matanzas republicanas de civiles como en Paracuellos o el asesinato de intelectuales derechistas como Ramiro de Maeztu en Pozuelo, tan repudiable como el de García Lorca.

Por eso no me sorprendió tanto enterarme de que Ernie de la Jara y su ONG IDL habían decidido procesar y acusar ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos del increíble juez Cancado (ese inefable que comparó a las senderistas con Juana de Arco) a James Bond, capturado en Lima durante una cena en casa de caviares, por violaciones sistemáticas a los derechos humanos. Ciertamente, el comandante Bond no es una palomita.

Marino -como Giampietri, el supervillano favorito de Ernie- asimilado al MI-6, el servicio británico de inteligencia, Bond pertenece al código 00, lo que le permite, tal como a los corsarios al servicio de Isabel I Tudor, asesinar bajo las órdenes de Isabel II Windsor.

Ernie había preparado bien su caso. Bond estaba acusado de asociación ilícita para delinquir al integrar una organización paraestatal y paramilitar que usa la violencia con fines políticos. Tampoco ha vacilado en utilizar el asesinato de sus rivales sin el menor empacho, con armas sofisticadas -su mentor Q también está siendo procesado- y entrenamiento y dinero proporcionados por este servicio (su jefe M y la secretaria Moneypenny).

(toma y usa todo lo que encuentra sin hacerse problemas), tortura (¡mete cada golpiza para que hablen!), interceptación de comunicaciones, allanamiento ilícito y hasta violaciones sexuales, pues existen varias mujeres despechadas que están dispuestas a testificar en su contra.

También se le acusa de haber venido al Perú para infiltrar ONG antimineras bajo el disfraz de cooperante (ya estuvo en Bolivia en Quantum of Solace), pues el gobierno de Su Majestad anda últimamente muy preocupado por sus riquezas mineras en el Perú (tiene incluso ex embajadores con intereses en yacimientos), de las cuales no se había vuelto a inquietar desde las correrías de Sir Francis Drake y su navío Golden Hind para saquear los galeones españoles con oro procedente de este humilde rincón del mundo.

Porque son bastantes ambiciosos en sus miras y quieren procesar, a través de Bond, a los últimos premieres británicos desde el hace décadas fallecido Harold MacMillan hasta el actual Gordon Brown. Si bien no hay órdenes escritas, se aplicará la figura del dominio del hecho bajo aparatos organizados de poder, en virtud de la cual estos políticos británicos son responsables al haber permitido la actuación del MI-6.

Un timbrazo de mi celular me despertó de este sicotrópico sueño. Mientras me desperezaba, tuve mis dudas sobre si de verdad estuve soñando.

PD: ¡Feliz Navidad! Esta columna regresa tras estas fiestas.

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