29.12.08

César Hildebrandt, víctima de censura con plan A y plan B

Una vez más César Hildebrandt dice ser víctima del poder. Esta mañana denunció en RPP que nada menos que "su cabeza", es decir, su empleo de columnista del Diario La Primera, ha sido dejado sin efecto como ofrenda del propietario (Ricardo Wong) al Presidente de la República.

En la misma edición en que publica su columna donde hace una sui generis distinción entre lo público y lo privado; César Hildebrandt es desmentido respecto a su afirmación de que este Gobierno habría comprado en 70 millones de soles las vacunas contra la rubéola, beneficiando supuestamente a un amigo de Alan García de nombre Hugo Diaz Lozano, quien habría apadrinado el nacimiento de Federico Danton García Cheesman.

Hildebrandt dice que García se vio obligado "por presión de la prensa" a reconocer que tenía un hijo extramatrimonial. Como si el reconocimiento legal del nuevo vástago, realizado a apenas se produjo su nacimiento, no bastara para satisfacer el morbo y la fisgonería; César Hildebrandt, se cree que él solo, es toda la prensa; se siente él mismo, la encarnación y el vicario totalizador y absoluto de la prensa nacional y de lo que ésta debe hacer o decir.

Dado que el rebote que buscaba Hildebrandt, al revelar lo del hijo extramatrimonial del presidente, no fue el que deseaba, arremete contra la prensa peruana diciendo que "es, por lo general, tan agachada porque no la hacen los periodistas sino los patronos, que utilizan páginas, ondas y cámaras para obtener beneficios mercantilistas en sus negocios paralelos –algunos de los cuales son bastante turbios-".

Bien que lo sabe el afamado periodista y ex conductor de TV. Ocurre que sólo lo dice cuando le van a cerrar el programa o suspender la columna. Nunca antes, o mejor dicho: en tanto no "choquen" con las verdades que el defiende, todo bien. El "patrón" es su amigo y obtendrá beneficios mercantilistas sin que Hildebrandt se inmute. Después de todo, eso beneficios ayudan a sostener el canal o el periódico y por ende a pagar las remuneraciones que cobra el señor Hildebrandt y que por cierto, siempre han sido merecidamente jugosas.

Podría preguntársele a Genaro Delgado Parker quien varias veces fue el "patron" que contrató a César Hildebrandt, varias veces lo "censuró" y otras tantas éste volvió para ser "censurado". Por boca de él mismo, compruébelo.

Hildebrandt reveló lo del hijo e imputó un oscuro manejo gubernamental en la adquisición de las vacunas. No nos hagamos los tontos. Eran dos misiles con poderosa carga, orientados a causar severos daños al régimen y generar una suerte de eyección mediática para alguien que antes estuvo en la cresta de la ola periodística y siente que sus bonos bajan si no sigue sobre ella.

La primera carga fue desactivada por la habilidad comunicacional del Presidente y la segunda, desmentida por los propios representantes de la Organización Panamericana de la Salud quienes revelaron que la compra de las vacunas de marras se hicieron en el gobierno de Toledo pues, la previsión para su compra se hace por lo menos con un año de anticipación.

La segunda carga fue desmentida en el propio periódico donde trabaja. El director del Diario "La Primera" donde Hildebrandt publica su columna, con cierta habilidad marketera e instinto periodístico, seguramente calculaba que lanzar el titular "Organización Panamericana de la Salud desmiente a César Hildebrandt" le iba a dar mejores réditos en sus índices de lectoría y seguramente incrementaría su venta de ejemplares pues, amarraba el titular con el tema del nuevo hijo presidencial publicado por Hildebrandt.

Pero no, ese titular es percibido por el afamado conductor como una amenaza a su ejercicio periodístico. El sólamente es un columnista del periódico pero quiere imponer los titulares de portada. Más aún; no le gusta ni acepta ser desmentido cuando se equivoca o consigna datos falsos y obvio, resulta ser una vez más, víctima de censura.

La coartada perfecta. Si el rebote que producen mis columnas es el adecuado, podría articularse una suerte de embrión opositor al régimen promovido, claro está, por mi persona. En cualquier sistema democrático ese embrión, para crecer, requerirá medios de comunicación y allí encaja perfectamente el talante marketero opositor que siempre han caracterizado los programas televisivos, revistas o artículos que Hildebrandt ha conducido, dirigido o escrito.

De ese modo, regresaría a la TV un Hildebrandt redivivo para volver a tener ese inmenso poder que muchas veces, es verdad, ha servido para defender causas nobles y justas, pero otras tantas ha sido usado para amedrentar, destruir honras y sembrar esas inmerecidas reverencias con que muchos políticos han gratificado a Hildebrandt y a las que éste, al parecer, se ha quedado mal acostumbrado.

Pero dado que el rebote no fue el que se buscaba, entonces surge el Plan B y ese consiste en actuar como el pastor que engañaba ser acechado por el lobo. Hildebrandt dice ser acosado, despedido, censurado por su lobo imaginario. Como en el viejo cuento, tantas veces ha gritado este pastor que resulta difícil creerle.

Por lo menos debería presentar mayores evidencias y no pretender que el director de un periódico no ponga en portada el titular que cree corresponde a lo que en ese momento es periodístico.

En este caso, César Hildebrandt pretende que el periódico en el cual, él escribe apenas una columna, se someta a lo que es de particular interés para el propio César Hildebrandt. Rara forma de entender el periodismo y sui generis manera de distinguir entre lo público y lo privado.

No cabe duda que César Hildebrandt es un brillante periodista, lamentablemente, algunas de sus "verdades" no siempre estan dotadas de datos verdaderos. Al mismo tiempo es también un brillante marketero que sabe venderse él mismo y sabe también vender noticias. Olfato periodístico que le llaman. Bueno, si Dios se la dio, San Pedro se la bendiga. Por eso, Ave César.

Por: Gerardo Cabrejo

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