30.12.08

Guía para perplejos

Algunos lectores y amigos nos han escrito y telefoneado para opinar que nuestra columna anterior sobre los últimos sucesos en Medio Oriente era entendible solo por aquellos familiarizados con el tema y que le faltaba contexto. Por eso hoy trataremos de subsanar ambas observaciones.
En septiembre de 2005 culminaron 38 años de ocupación israelí de la Franja de Gaza, producida durante la Guerra de los Seis Días de 1967. En aplicación del Plan de Desconexión que aprobaran el Gobierno de Ariel Sharon y el Parlamento, la zona quedó en control total de los palestinos.

En enero de 2006, los palestinos realizaron elecciones parlamentarias. El partido oficialista Al Fatah, fundado por Arafat, fue derrotado por el grupo islámico extremista Hamás, que obtuvo mayoría en el Consejo Legislativo Palestino de 132 escaños. Inmediatamente, el Primer Ministro Ahmed Qurei, perteneciente a Al Fatah, dimitió junto con su gabinete. Luego de tres meses de la formación de un Gobierno de Unidad Nacional entre Al Fatah y Hamás, crueles luchas intestinas se desataron entre ambas facciones y Hamás prevaleció y tomó el control en Gaza.

A partir de entonces, y durante tres años, Hamás arrojó más de 10 mil misiles a territorio israelí. Hace seis meses Israel y Hamás acordaron una tregua que el grupo terrorista nunca respetó. Los habitantes israelíes de las ciudades de Sderot y Ashkelon que desde hace años deben protegerse en refugios y tienen alterada su vida normal, sufrieron en la última semana, la final de los seis meses de “tregua”, una andanada de cohetes Al Kassam y Grad. Más de 100 misiles fueron lanzados cada día.


Los terroristas de Hamás alardeaban que Israel estaba confundido y no sabía cómo reaccionar. Incluso declararon con desafiante sarcasmo que en caso que Israel se animase a entrar en Gaza, iban a secuestrar a una mujer soldado, para que el soldado Guilad Shalit, prisionero de Hamás hace más de un año, pudiese formar una familia.

En este contexto, y después de innumerables advertencias a Hamás para que cesaran los ataques con cohetes, es que Israel inició la llamada “Operación Reparto de Plomo”, dirigida a destruir campos de entrenamiento de los terroristas, almacenes de armas, silos subterráneos de misiles y rampas de lanzamiento diseminadas por toda la Franja de Gaza.

Estos son los hechos. Ahora todos condenan a Israel, pero nadie alzó la voz cuando los misiles de Hamás azotaban día tras día al Estado hebreo. Pareciera que Israel es el único país del mundo al que le está prohibido defender a sus ciudadanos de una agresión externa. Entristece comprobar una vez más que el antisionismo es el antisemitismo de los astutos.

No hay comentarios: