Luego de más de treinta años de olvido, la Costa Verde y el 'Pentagonito’ están en el candelero. En el primer caso resultó increíble ver cómo luego de haberla ignorado durante décadas, gobierno central y municipalidad discutieron acaloradamente para asumir la responsabilidad de desarrollar la bahía de Lima y sacarla del abandono en que se encuentra. Es claro que el interés repentino -y estacional- del presidente García por el mar ha sacudido del letargo en que se encontraba al municipio y al mismísimo alcalde Castañeda que ha salido con fuerza a defender su fuero. La competencia siempre es muy sana y aseguraría que, al margen de quien asuma al final el tema, por lo menos algún proyecto se materializará. Como la situación actual de la Costa Verde no puede ser peor, cualquier decisión que se adopte no puede sino representar un cambio para mejor.
En lo que respecta al 'Pentagonito’, era evidente que el proyecto de venta del terreno adyacente tenía nulas posibilidades de éxito. Cualquier potencial interesado debió atemorizarse ante el nivel de demagogia con que se trató el tema, y si a eso se le sumaba la amenaza de Humala de un eventual desconocimiento de esa venta (es decir, confiscación) en caso gane la elección de 2011, claramente se le había dado un tiro de gracia a cualquier posibilidad de desarrollo inmobiliario. Entonces, lo más positivo de toda la polémica que se generó fue que se puso al descubierto el mal uso de ese terreno. Una ciudad sin parques ni áreas verdes como es Lima no podía desperdiciar dieciséis hectáreas bien ubicadas en una zona central y residencial en un uso secundario por parte del ejército. Debe convertirse en un gran parque público para uso general de todos los limeños.
Estos han sido días de inusual interés sobre el futuro y la proyección de Lima, lo cual debería generar un compromiso firme entre ambas partes –presidente y alcalde– para desarrollar conjuntamente una fachada espectacular al mar y asegurar que todos tengan acceso a un circuito de playas limpias en la Costa Verde. También se debería garantizar que el 'Pentagonito’ se convierta en el gran parque que no tiene nuestra ciudad. Lograr ambos proyectos contribuiría a mejorar la calidad de vida de los limeños y ello sería un buen regalo de navidad.
En lo que respecta al 'Pentagonito’, era evidente que el proyecto de venta del terreno adyacente tenía nulas posibilidades de éxito. Cualquier potencial interesado debió atemorizarse ante el nivel de demagogia con que se trató el tema, y si a eso se le sumaba la amenaza de Humala de un eventual desconocimiento de esa venta (es decir, confiscación) en caso gane la elección de 2011, claramente se le había dado un tiro de gracia a cualquier posibilidad de desarrollo inmobiliario. Entonces, lo más positivo de toda la polémica que se generó fue que se puso al descubierto el mal uso de ese terreno. Una ciudad sin parques ni áreas verdes como es Lima no podía desperdiciar dieciséis hectáreas bien ubicadas en una zona central y residencial en un uso secundario por parte del ejército. Debe convertirse en un gran parque público para uso general de todos los limeños.
Estos han sido días de inusual interés sobre el futuro y la proyección de Lima, lo cual debería generar un compromiso firme entre ambas partes –presidente y alcalde– para desarrollar conjuntamente una fachada espectacular al mar y asegurar que todos tengan acceso a un circuito de playas limpias en la Costa Verde. También se debería garantizar que el 'Pentagonito’ se convierta en el gran parque que no tiene nuestra ciudad. Lograr ambos proyectos contribuiría a mejorar la calidad de vida de los limeños y ello sería un buen regalo de navidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario