En el Perú los de arriba reciben (inmerecidamente) todo tipo de concesiones y exoneraciones y los de abajo (merecidamente) ayuda vía inversión social. Y la clase media que se friegue. En esto, Alan García parece que no ha cambiado de opinión respecto a lo que dijo en su primer gobierno: la clase media debe ser destruida.
Y la carlincatura de ayer en La República y los blogs “Lapicero Digital”, de Silvio Rendón, y “Mate Pastor”, de Juan Sheput, son los que mejor han resumido la negativa del gobierno, y en especial del MEF, a anular el impuesto a las gratificaciones.
La viñeta de Carlín muestra a Valdivieso de cajero diciéndole a un empresario “no se preocupe, el fisco puede esperar hasta el próximo año para cobrarle el impuesto a las ganancias de bolsa” y a un ciudadano de a pie “lo siento, el fisco necesita que usted pague el impuesto a su gratificación por un año más”. Genial resumen de la ley del embudo que aplica el ministro de Economía.
Rendón, por su parte, hace dos observaciones muy pertinentes. Una es que en nuestro país no hay “Main Street”, sólo Wall Street. Es decir, el gobierno se desvive por cortejar a las corporaciones y le importa un bledo lo que suceda con el ciudadano de clase media. La otra atingencia va dirigida a los colegios profesionales y asociaciones civiles que no han abierto la boca para protestar. En efecto, no les va a venir de arriba lo que no son capaces de lograr por sus propios medios.
Y Sheput también da en el clavo: el Ejecutivo es muy generoso si de liberar de impuestos a los ricos se trata. No pagan impuestos a las sobreganancias las empresas mineras, se niegan a dar un óbolo y el presidente García no dice nada, han liberado del pago de aranceles a las motos náuticas, los yates, los automóviles de lujo y no pasa nada. Por todo ello el gobierno pierde varios miles de millones de soles (algunos los calculan en 10,000 millones de soles) pero no dicen nada. Pero si se trata de liberar de impuestos a las gratificaciones de los empleados y obreros allí sale el gobierno a decir que de ninguna manera. Y eso, acota, que el mismísimo FMI sugiere menos impuestos como una de las maneras para capear el temporal económico que en el 2009 se nos viene sí o sí.
Y por supuesto no queda sino felicitar al congresista Víctor Andrés García Belaunde por la batalla que libra casi en solitario a favor de exonerar de impuestos a las gratificaciones de julio y diciembre. En algunas ocasiones le hemos dado de palos al buen Vitocho (sin que pierda el buen humor ni nos quite el saludo, cosa rara en un político) pero al César lo que es del César.
Para finalizar, y aunque después de estas parrafadas biliosas suene a cachita, lo decimos muy en serio: Feliz Navidad para todos. Incluido Valdivieso, no obstante que por su comportamiento parece Ebenezer Scrooge, ese protagonista de la novela de Dickens al que le disgusta la Navidad y cualquier cosa que cause felicidad. Ojalá que esta noche al escuchar villancicos se le ablande el corazón.
Y la carlincatura de ayer en La República y los blogs “Lapicero Digital”, de Silvio Rendón, y “Mate Pastor”, de Juan Sheput, son los que mejor han resumido la negativa del gobierno, y en especial del MEF, a anular el impuesto a las gratificaciones.
La viñeta de Carlín muestra a Valdivieso de cajero diciéndole a un empresario “no se preocupe, el fisco puede esperar hasta el próximo año para cobrarle el impuesto a las ganancias de bolsa” y a un ciudadano de a pie “lo siento, el fisco necesita que usted pague el impuesto a su gratificación por un año más”. Genial resumen de la ley del embudo que aplica el ministro de Economía.
Rendón, por su parte, hace dos observaciones muy pertinentes. Una es que en nuestro país no hay “Main Street”, sólo Wall Street. Es decir, el gobierno se desvive por cortejar a las corporaciones y le importa un bledo lo que suceda con el ciudadano de clase media. La otra atingencia va dirigida a los colegios profesionales y asociaciones civiles que no han abierto la boca para protestar. En efecto, no les va a venir de arriba lo que no son capaces de lograr por sus propios medios.
Y Sheput también da en el clavo: el Ejecutivo es muy generoso si de liberar de impuestos a los ricos se trata. No pagan impuestos a las sobreganancias las empresas mineras, se niegan a dar un óbolo y el presidente García no dice nada, han liberado del pago de aranceles a las motos náuticas, los yates, los automóviles de lujo y no pasa nada. Por todo ello el gobierno pierde varios miles de millones de soles (algunos los calculan en 10,000 millones de soles) pero no dicen nada. Pero si se trata de liberar de impuestos a las gratificaciones de los empleados y obreros allí sale el gobierno a decir que de ninguna manera. Y eso, acota, que el mismísimo FMI sugiere menos impuestos como una de las maneras para capear el temporal económico que en el 2009 se nos viene sí o sí.
Y por supuesto no queda sino felicitar al congresista Víctor Andrés García Belaunde por la batalla que libra casi en solitario a favor de exonerar de impuestos a las gratificaciones de julio y diciembre. En algunas ocasiones le hemos dado de palos al buen Vitocho (sin que pierda el buen humor ni nos quite el saludo, cosa rara en un político) pero al César lo que es del César.
Para finalizar, y aunque después de estas parrafadas biliosas suene a cachita, lo decimos muy en serio: Feliz Navidad para todos. Incluido Valdivieso, no obstante que por su comportamiento parece Ebenezer Scrooge, ese protagonista de la novela de Dickens al que le disgusta la Navidad y cualquier cosa que cause felicidad. Ojalá que esta noche al escuchar villancicos se le ablande el corazón.
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