26.12.08

La apuesta triunfadora

Según cifras del Banco Mundial, la pobreza extrema bajó de 52,2% de la población mundial en 1981 a 25,7% en el 2005. Es decir, a menos de la mitad

Por: Jaime de Althaus Guarderas

La crisis económica global no puede hacernos olvidar el extraordinario avance social de la humanidad en las últimas décadas, consecuencia precisamente del avance de ese mismo capitalismo mundial que ahora tambalea. Según cifras del Banco Mundial, la pobreza extrema (los que ganan menos de US$1,25 al día) bajó de un 52,2% de la población mundial en 1981 a 25,7% en el 2005. Es decir, a menos de la mitad. Los países que tuvieron resultados más espectaculares fueron los que más se integraron a la globalización, abriendo sus economías y exportando cada vez más valor agregado. Estamos hablando de los del este de Asia, donde la pobreza extrema cayó abismalmente de un 78,8% de la población a un 17,9%. Entre ellos, el caso más notorio fue el de China, donde ese indicador bajó de un 84% en 1981, cuando recién se iniciaba la reforma de mercado de Deng Xiao Ping, a un 15,9% en el 2005. ¡Más de 5 veces en solo 25 años!


América Latina no tenía tanta pobreza extrema en 1981: solo un 12,3%. Y bajó a 8,2% en el 2005. Una reducción que hubiera podido ser mayor si es que no hubiese habido tantas vacilaciones y retrocesos en los procesos de reforma y apertura.


El Perú, como sabemos, se incorporó tardíamente a estos cambios. Recién desde los 90 abrió su economía y reformó sus mercados, y los resultados han sido importantes: la pobreza total se ha reducido de alrededor de un 58% en 1991 a 39% en el 2007, y la pobreza extrema de un 27% a 13,7%. Ello pese al bache del 98-2001, que nos hizo retroceder varios puntos. Paradójicamente, los países de Sudamérica que más atacan al capitalismo mundial (Venezuela, Bolivia y Ecuador) son los que más se beneficiaron estos últimos años del 'boom' de los precios de las materias primas, que financió la hipócrita estridencia anticapitalista. Y son lo que más van a ser afectados por la caída de esos precios, porque sus exportaciones dependen más de esos productos. Más del 80% de las exportaciones de Venezuela, por ejemplo, son petróleo.


El Perú también va a ser afectado, pero algo menos que esos países, porque si bien los minerales son el 60% de nuestras exportaciones, hay que descontar el oro, cuyo precio no cae, de modo que nuestra exposición es del orden del 40%. Y somos, con Chile, los únicos que tenemos ahorros para hacer políticas contracíclicas. Pasada la crisis, nadie nos para porque, aunque tardíamente, apostamos sin miedo por la globalización.

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