23.12.08

Como Rico McPato

Al señor Ollanta Humala le incomoda, como declaró ayer, que a la prensa le llame la atención un tren de vida (relojes y trajes de mujer carísimos, camionetas 4x4, desayunos en La Tiendecita Blanca y cenas en La Gloria, etc.) que está bastante por encima de la modesta pensión de un ex comandante del Ejército, porque aquí el hecho no se agota en la tremenda incoherencia hipócrita que existe en un líder político que lanza un discurso demagógico supuestamente a favor de los pobres mientras goza de un ritmo de vida de millonario, sino en que todo aquel que aspira a gobernarnos debe ser absolutamente transparente en sus cuentas personales para prevenir posteriores sorpresas.

Hasta donde sabemos, Humala hoy en día no trabaja en nada de nada y nunca ha mostrado las misteriosas consultorías de su esposa Nadine, las que supuestamente son muy jugosas y bancan ese elevado gasto familiar, inalcanzable para esos ingenuos pobres extremos de la Sierra que lo apoyan tan fanáticamente. Sería interesante que haga una conferencia de prensa sobre las consultorías de Nadine, que deben ser tan bien remuneradas como las que le cobraba mensualmente Eliane Karp -otra esposa de oro- al otrora Banco Wiese (¡toda una lección de ética y buen gusto!) cuando ya era Primera Dama.

¡Es que con esas maravillas que hace con tan pocos soles Humala debería ser nombrado ministro de Economía! ¡Lo que haría con el presupuesto nacional con esa capacidad de gasto! ¡Le dan a Humala los S/.10 mil millones del plan anticrisis y éste es capaz de hacerte todas esas obras más un tren bala de Tumbes a Tacna, un súper aeropuerto en la isla San Lorenzo (unida al Callao por un puente doble), una autopista bajo tierra Lima-Iquitos, el desvío del río Amazonas al Rímac, comprarle Arica a los chilenos, ponerle un profesor de inglés a cada escolar y traerte vuelto encima. Ni su mano derecha y cajero electoral Martín Bustamante Lossio, que saca adelante un diario limeño de 24 páginas a color sin nada de publicidad y con sólo 18 mil ejemplares diarios de ventas, maneja tan bien el dinero. Es que su director, César Lévano, al que le gusta perorar siempre de periodismo, debería compartir esa fórmula secreta de cómo sobrevive un diario sin una pizca de publicidad, a precio bajo y con poco tiraje.

Le aseguro que en estos tiempos recesivos vendría inmediatamente gente de The New York Times (EE.UU.), de El País (España), del Times (Inglaterra), del Bild (Alemania), de Clarín (Argentina), de O'Globo (Brasil), del Corriere de la Sera (Italia), del Yomiuri Shimbun (Japón), etc... a oírle. Incluso le aconsejo a Lévano que ponga el curso Gestión económica de un diario sin publicidad en el currículo de San Marcos, donde enseña.

Seré el primero en matricularme y me sentaré en la primera carpeta. Quiero resolver ese enigma (¡y también quiero vivir como Ollanta, a su mismo ritmo y sin trabajar!).

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