29.12.08

El delito de pensar diferente

El delito de pensar diferente

Por: César Robles Ascurra. Periodista

No han pasado más que unos días desde que la Sala Penal Nacional revocara la detención de Roque Gonzales La Rosa, dirigente de la Coordinadora Continental Bolivariana para que ahora en ese mismo poder del Estado, en complicidad con funcionarios del gobierno aprista levanten una nueva amenaza en contra de la democracia, la libertad de agrupación y expresión de ideas al ordenar la detención de 13 dirigentes de la izquierda peruana.


Raro este país, pues mientras el primer ministro Yehude Simon se reúne públicamente con algunos dirigentes de izquierda y declara que no tienen ninguna vinculación con el terrorismo, el juez Omar Pimentel Calle, del Segundo Juzgado Supranacional, ordena la inmediata ubicación y captura de los dirigentes políticos acusándolos de ser 'colaboradores' del terrorismo internacional.


Con esta nefasta decisión judicial, asistimos a la instalación de un nuevo escenario político que tiene entre sus objetivos el de amedrentar a los dirigentes populares y de izquierda, así como el de evitar que los temas trascendentes en la vida política conciten el interés nacional.


No es casualidad que una investigación de este tipo se realice de forma completamente reservada, casi clandestina, como si se tratara de 'peligrosos' elementos a los que hay que atrapar a como dé lugar y llevarlos a la justicia. Y, lo peor, que la acusación y el mandato de detención solo se haya conocido por las declaraciones públicas del ministro del Interior, Remigio Hernani.


De otro lado, a tenor de lo dicho por el ministro Hernani, es que se habrían encontrado correos electrónicos en la computadora personal del extinto 'Raúl Reyes' que 'comprometerían' a los dirigentes de la izquierda en actos vinculados a las FARC colombiana. Esto simplemente no resiste el mayor análisis y le da poca credibilidad a la sustentación de la resolución del auto apertorio de instrucción.


No olvidemos, como dato, que Nubia Calderón, la embajadora de las FARC, también entabló conversaciones y diálogos con los principales líderes del Partido Aprista y, además, visitó el Congreso de la República. Siguiendo la lógica de la justicia peruana, acaso no sería factible también indagar e investigar qué es lo que trataron o abordaron en las mencionadas reuniones los dirigentes del Partido Aprista con la embajadora de las FARC.


El fondo del asunto, sin embargo, es otro, y pasa por el difícil y agudo problema económico y financiero que se viene con el tema de la crisis internacional, el decaimiento de nuestras exportaciones y las anunciadas medidas de despido por parte de los empresarios, que, cual espada de Damocles, pende sobre los trabajadores. Lo otro es la respuesta organizada que prepara la CGTP y la agudización de la polarización social y política en el país. A falta de teletones, teteos y lentejuelas, bueno es crear los escenarios y las condiciones para distraer a la platea.
EL COMERCIO

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