23.12.08

Tanques en el Rímac...

Se acuerdan del reciente debate, suscitado por la detención de Magaly, sobre si no sería pertinente que el delito de difamación se equipare a los de injuria y calumnia a fin de que esté penado sólo con multas y trabajos comunitarios en lugar de la bárbara opción de enviar periodistas a la cárcel? A propósito de ello, me topo con que un juez de Pozuelo (una localidad muy cercana a Madrid) ha condenado al canal Telecinco a pagarle 240 mil euros al ex presidente del Gobierno Español José María Aznar y a su esposa Ana Botella por soltar el año pasado en su escandaloso programa Aquí hay tomate que ambos se habían separado porque Aznar mantenía una relación extramatrimonial. El jurado consideró que el programa había generado graves daños morales a la pareja, además de ser una intromisión ilegítima al honor. Se obliga al conductor a abrir un programa con la lectura de la sentencia, sin mayores comentarios de su parte. Eso es un país civilizado, no este medieval territorio donde encarcelan por este delito menor. Un poco más y le cortamos la mano a los ladrones...

Ayer encuentro en otro diario una nota donde un militar retirado, hijo de un velasquista golpista de esos a los que el segundo belaundismo debió procesar, se muestra furibundo frente a los rumores de que se planea vender el Fuerte Rímac. No le iba a hacer más caso al tema cuando vi que dicho señor decía que ese sitio era esencial porque concentraba a nuestros blindados.

¿Qué? ¿Por qué hay tantos tanques de guerra en Lima? ¿No es lo lógico que estén en las fronteras? ¿Acaso los flamantes Leopard chilenos están en Santiago? Sé que nuestros viejos tanques rusos ya están para el gato (¡qué vergüenza pasamos cuando uno de ellos se averió tiempo atrás en pleno desfile militar!) y que su fuerza disuasiva es casi tan nula como la de los VW escarabajo, pero el sentido común me dice que deberían por lo menos estar muy cerca del posible teatro de operaciones (que, dadas sus deplorables condiciones, debe ser Bolivia...), a menos que nuestros militares hayan planeado una estrategia por la cual se deje entrar al invasor hasta Lima para recién darle batalla aquí, como el general ruso Kutuzov con Napoleón, que dijo que sus otros dos generales eran el clima y el espacio y dejó avanzar al Gran Corso hasta la mismísima Moscú.

Ya me cansó este ramplón debate sobre vender locales militares y la verdad que ahora me es mucho más importante saber por qué la mayor parte de nuestro parque blindado se encuentra en Lima, el punto más central del país, casi equidistante de Tacna y Tumbes. ¿No será porque al fin y al cabo los tanques son un gran argumento político? ¿No se acuerdan cuando Hermoza los sacó a pasear por el Zanjón aquella vez que tuvo un entredicho con Fujimori? ¿O cuando Velasco se tumbó las rejas de Palacio con uno de ellos?

Los tanques a las fronteras, no en Lima.

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