25.12.08

Papá Noel

No creo que exista un solo viejo regalón en la Navidad. Tampoco creo que todos los Papá Noeles tengan el mismo carácter amistoso y bueno del único que cada año nos presenta y algunos creen ver como visitante. Porque si sólo hubiera uno bondadoso, todos los regalos navideños fueran siempre hermosos, agradables o simpáticos. Pero sucede que en cada fiesta navideña hay presentes ingratos, desagradables y hasta horrendos. No para todos es fiesta de paz, de alegría, con fraternidad.

¿Qué Papá Noel, por ejemplo, puede haber determinado que los niños de Monserrate puedan quedarse huérfanos del padre Juan Serpa? Él fue un ángel guardián que con su sacrificado apostolado procuraba suavizar las terribles penurias a las que los adultos hemos condenado a los niños.

El padre Serpa seguía siendo en la gran urbe un típico cura serrano, que gustaba de las comidas maternas y gozaba explicándose en fluido quechua a la menor oportunidad. Escuché algunas de sus misas y sermones en este idioma. Era un placer escucharlo, aun sin ser creyente. La última vez nos saludamos, hace algunas semanas, en una actividad religiosa en el Club Huancavelica. Y aunque su andar parecía más lento, no se podía presentir el mal que de seguro ya rondaba para arrebatar su generosa humanidad de entre los vivos. ¡Cuánta falta hacen sacerdotes de su fibra, y cómo sobran algunos!

Otro presente navideño desagradable, pero previsible, es la orden que el juez Omar Pimentel ha emitido para detener a un conjunto de dirigentes de izquierda encabezados por Alberto Moreno por presuntos delitos por terrorismo. Pero en este caso no será ningún Papá Noel sino el ministro del Interior, tan inefable él, y con aspecto de no saber nada de nada.

Aunque a decir verdad, esa orden sigue siendo clandestina y vergonzante, pues ha sido procesada en venal secreto, con desconocimiento de los implicados, posiblemente para sorprenderlos en la indefensión.

Los niños de Monserrate ojalá puedan sonreír; y ojalá también que aparezca otro protector justo, chambero y Papá Noel como el padre Serpa. Que también estas fiestas no encuentren a Alberto Moreno y los demás amigos entre rejas.

Rolando Breña Pantoja

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