24.12.08

La migración internacional

LAS OTRAS DIMENSIONES DE LA GLOBALIZACIÓN

Por: Benjamín Chimoy Arteaga. Diplomático

Cuando la migración entre países pasa a ser llamada movilidad internacional del recurso humano, no estamos solo frente a una denominación diferente sino ante otra aproximación al tema, inducida por la constatación de cambios que nos hacen fijar mayor atención en el factor económico


El Informe 2008 de la Organización Internacional para las Migraciones no solo llama la atención sobre la dimensión de un proceso internacional, sino que plantea una serie de conclusiones que merecen tomarse en consideración.


Las motivaciones para migrar eran anteriormente de índole política y social, aunque obedecían también a causas económicas. En la actualidad, esta última se ha convertido en la predominante para el movimiento creciente de personas de una economía a otra, casi tanto entre países de similar como de diferente desarrollo. Por tanto el recurso humano se comporta internacionalmente como cualquier otro factor de la producción.


La movilidad del recurso humano se estaría convirtiendo así en un factor de beneficio para las economías, con algunas consecuencias adversas de otro orden. En algunos casos la presencia de extranjeros en los países de tránsito y destino trae consigo recelos y conflictos. Las reacciones al interior de los estados son diversas según los intereses de grupos y actores, que influyen a su vez en quienes ostentan en última instancia la potestad soberana de abrir o cerrar sus fronteras.


De manera similar a los inacabados procesos de liberalización comercial y de movimiento de capitales, las ventajas de la movilidad internacional del recurso humano han comenzado a ser reconocidas y evaluadas. En las actuales circunstancias, sería poco menos que una locura preconizar la libertad total de movimiento migratorio, porque el mundo no está preparado para ello. Sin embargo, debemos ser conscientes de que el incremento de la movilidad humana es parte de la globalización.


Las evidencias de los efectos positivos de la movilidad del recurso humano y de las vinculaciones entre la migración internacional, el desarrollo y el comercio han conducido a reconocer convergencias de intereses entre países de origen y destino de los flujos de personas. No obstante, subsisten prejuicios y desa-cuerdos en los lados opuestos de las corrientes migratorias que obstaculizan el camino hacia la cooperación internacional.


Las potencialidades económicas y sociales apenas se empiezan a mostrar, tanto como los efectos no deseados. Requieren estudios multisectoriales y políticas públicas vigorosas y proactivas, así como duplicación de esfuerzos bilaterales y multilaterales.


Las naciones de destino deberían igualmente evaluar positivamente las ventajas económicas y sociales de abrir las puertas a una oferta laboral internacional legal, segura y ordenada.

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