1.1.09

2009: Unión nacional

A pocos días de terminar el año 2008, el primer mandatario hizo una convocatoria expresa a la unión nacional para el 2009. Nadie en su sano juicio debe negarse a tal designio, mucho más cuando existen graves problemas en el mundo. Por ello siempre es malo fragmentar nuestros esfuerzos en pro de una mejor calidad de vida para todos los peruanos.

Sin embargo resulta obvio que nadie aspira a vivir dentro de un proceso plano, monocorde y sin discrepancias. De manera que apostamos por la pluralidad de ideas, pero con un debate constructivo e intercambio de opiniones en todos los campos.

No obstante, quizá la invocación presidencial nos permitirá identificar aquellos aspectos en los cuales todos deberíamos mantener la unidad de un puño. Así, por ejemplo, se necesita la unión nacional para encarar a la corrupción, combatir a los remanentes terroristas, a la delincuencia común y el narcotráfico. Mientras más constatamos su existencia y sus daños, más convencidos estaremos para actuar diligentemente en su desarticulación. Esas lacras son enemigos muy versátiles porque atentan contra la sociedad mediante la renovación permanente de sus modalidades delictivas, por lo que las autoridades, los medios de prensa y la opinión pública deberían interactuar más para hacerles un frente común.

Asimismo, se necesita unidad para mantener el clima adecuado que permita hacer del Perú una buena plaza para las inversiones y un refugio para los inversionistas de la región y de los otros continentes. Hasta hoy, no todas las instituciones del país –públicas o privadas, grandes, medianas o pequeñas-–se sienten involucradas con este objetivo nacional, pues algunas todavía permanecen indiferentes dejando de actuar inclusive en lo que está a su alcance. Y un modo de hacerlo es apostar por la competitividad. En ese sentido, las entidades estatales y privadas tienen que mejorar sus procesos, innovar sus mecanismos de producción de bienes o servicios e invertir en investigación. Al eliminar las barreras burocráticas y mejorar la calidad de sus funciones, se habrá contribuido a generar los incentivos necesarios que harán que las inversiones lleguen al Perú.

Otro aspecto que no debe quedar fuera de la unión nacional es el respaldo a las políticas de Estado, es decir aquellas que deben mantenerse en el tiempo y sin cambiarse al antojo de los gobiernos que se sucedan en el timón de la nación. Ahí tenemos las políticas de fronteras, de educación pública, la macrorregionalización, la modernización de nuestras Fuerzas Armadas, o el fortalecimiento de los programas de inclusión social. Y qué duda cabe, tal como lo señala el nombre del 2009 –“Año de la unidad nacional frente a la crisis externa”–, debemos mantenernos unidos en torno a los planes anticrisis para evitar o atenuar los efectos de la recesión de los países desarrollados sobre nuestra economía.
EXPRESO

No hay comentarios: