Por Fernando Vivas. Periodista
Tengo una lista de honorables 66 naciones en la que no figura el Perú. No es de crecimiento, ni de riesgo país, es una lista de humana tolerancia. Figuran todos nuestros vecinos sin excepción, figura toda Europa, figuran Cuba, Israel, Japón y figura Gabón, pasando por Timor, Guinea y hasta el Nepal.
Pero no figura el Perú, ¡qué vergüenza!, entre los 66 países que el pasado 19 de diciembre presentaron ante la Asamblea General de la ONU en Nueva York una declar ación que pide despenalizar la homosexualidad en el mundo. El Perú no quiso suscribir ese llamado a la tolerancia que, sí se lee en toda su extensión, no incluye ninguna línea que desafíe nuestra Constitución. Es más, la carta ante la ONU recoge los mismos conceptos que el Perú sí suscribió en un documento de la OEA de junio del 2008 que resuelve, en su primer punto: "Manifestar preocupación por los actos de violencia y las violaciones de derechos humanos relacionadas, cometidos contra individuos a causa de su orientación sexual e identidad de género".
Los 66 de la ONU apenas fueron más explícitos y han dicho: "Condenamos las violaciones de derechos humanos basadas en la orientación sexual o la identidad de género dondequiera que tengan lugar, en particular el uso de la pena de muerte (...)". No rubricar esta buena intención nos hace homofóbicos por omisión. La diplomacia peruana se precia de estar atenta a la promoción de los DD. HH. en el mundo. Eso nos dio ínfulas, por ejemplo, para condenar la ofensiva israelí en Gaza. Pero el desaire neoyorquino nos acerca al fundamentalismo religioso de Hamas y de países islámicos homofóbicos hasta el asesinato, que hacen el grueso de los no firmantes.
He ahí la madre del cordero. La religión tuerce la tradición liberal de Torre Tagle. Cuando se pregunta a sus funcionarios por qué no rubrican mociones como esta o plantean reservas ante la Convención Iberoamericana de Derechos de los Jóvenes, dicen, acobardados y 'off the record', que la Iglesia presionó.
El próximo domingo 12 se realizará el V Festival de la Diversidad Sexual en el Parque Kennedy de Miraflores. Aciprensa, un portal de activistas católicos, ha emprendido campaña contra él y bombardea de cartas al alcalde Manuel Masías. Dejémonos de vainas y toleremos un festival TLGB (trans, lesbianas, gays y bisexuales) con el mismo respeto con el que debemos tolerar un puritano evento pro familia.
Tengo una lista de honorables 66 naciones en la que no figura el Perú. No es de crecimiento, ni de riesgo país, es una lista de humana tolerancia. Figuran todos nuestros vecinos sin excepción, figura toda Europa, figuran Cuba, Israel, Japón y figura Gabón, pasando por Timor, Guinea y hasta el Nepal.
Pero no figura el Perú, ¡qué vergüenza!, entre los 66 países que el pasado 19 de diciembre presentaron ante la Asamblea General de la ONU en Nueva York una declar ación que pide despenalizar la homosexualidad en el mundo. El Perú no quiso suscribir ese llamado a la tolerancia que, sí se lee en toda su extensión, no incluye ninguna línea que desafíe nuestra Constitución. Es más, la carta ante la ONU recoge los mismos conceptos que el Perú sí suscribió en un documento de la OEA de junio del 2008 que resuelve, en su primer punto: "Manifestar preocupación por los actos de violencia y las violaciones de derechos humanos relacionadas, cometidos contra individuos a causa de su orientación sexual e identidad de género".
Los 66 de la ONU apenas fueron más explícitos y han dicho: "Condenamos las violaciones de derechos humanos basadas en la orientación sexual o la identidad de género dondequiera que tengan lugar, en particular el uso de la pena de muerte (...)". No rubricar esta buena intención nos hace homofóbicos por omisión. La diplomacia peruana se precia de estar atenta a la promoción de los DD. HH. en el mundo. Eso nos dio ínfulas, por ejemplo, para condenar la ofensiva israelí en Gaza. Pero el desaire neoyorquino nos acerca al fundamentalismo religioso de Hamas y de países islámicos homofóbicos hasta el asesinato, que hacen el grueso de los no firmantes.
He ahí la madre del cordero. La religión tuerce la tradición liberal de Torre Tagle. Cuando se pregunta a sus funcionarios por qué no rubrican mociones como esta o plantean reservas ante la Convención Iberoamericana de Derechos de los Jóvenes, dicen, acobardados y 'off the record', que la Iglesia presionó.
El próximo domingo 12 se realizará el V Festival de la Diversidad Sexual en el Parque Kennedy de Miraflores. Aciprensa, un portal de activistas católicos, ha emprendido campaña contra él y bombardea de cartas al alcalde Manuel Masías. Dejémonos de vainas y toleremos un festival TLGB (trans, lesbianas, gays y bisexuales) con el mismo respeto con el que debemos tolerar un puritano evento pro familia.
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