6.1.09

Lo que nos anunciaron

Por: Mariella Balbi

Los bien pensados sospechan que el incremento de sueldos de los ministros implicaría una ya anunciada reforma del Estado, que cuenta con sus decretos supremos respectivos. Nos referimos a la decisión de crear un cuerpo de 300 gerentes --una cifra auspiciosa-- que revolucionarían nuestra burocracia y también los poco eficientes programas sociales. En el momento, la opinión pública lo tomó con indiferencia, apoyada en la certeza de que un cambio en nuestro elefantiásico Estado es la cuadratura del círculo. Incluso, la ex ministra Verónica Zavala, experta en este espinoso tema, dijo a este Diario que tenía la esperanza de que a fines del 2008 la chúcara administración gubernamental tendría un rostro renovado.


Dicen que una ex viceministra de Defensa está abocada a poner en práctica esta necesidad nacional, pero dicen también que no cuenta con el respaldo político, tan necesario para hacer cambios, o que el encargo resulta complicado y difícil de concretar, o sea que la contratación aún está lejana. Ante el paralizante asunto de los sueldos, la doctora Zavala afirmó: "Podrán ganar más allá de los topes actuales... hemos dejado la mentalidad de jerarquías formales, inclusive pueden ganar más que el presidente". Entonces, el alza de sueldos de los ministros desconcierta, no porque se esté en contra, no serán del todo rendidores, pero 'chambean'; más bien porque genera desorden para, finalmente, poner en práctica la indispensable reforma.


La prisa ministerial confunde más, ahora cuánto ganarán esos gerentes, ¿por encima de los ministros? La premura por la mejora salarial ha traído un debate clásico en el Perú, ¡resulta que es inconstitucional! Porque en realidad ha sobrepasado los 15.600 soles de nuestros sui géneris parlamentarios y la han acoderado en 23.200 soles.


Escándalo de escándalos, el debate --que ya arrancó con fuerza-- promete ser mucho más estéril que el del sexo de los ángeles. Lo sustancial: cómo hacemos para tener funcionarios que puedan simplificar el anquilosado aparato estatal; que sean capaces de encontrar salidas novedosas que destraben la inversión, por ejemplo, parece haber quedado de lado. O no se dan cuenta de que el Estado, las dependencias gubernamentales martirizan, torturan, hacen perder tiempo y neurotizan al ciudadano.


Alguien podrá acotar: pero tenemos ministros bien pagados y homologados. Aunque el ciudadano de a pie sigue fastidiado, esperando una buena nueva.


P.D. Muchos me preguntan si es real que se pierden 30 millones de soles por la deficiente focalización de los programas de lucha contra la pobreza. Lamentablemente, es totalmente cierto, con mayor razón necesitamos urgente a esos 300 'samuráis' estatales.

No hay comentarios: