8.1.09

No es ciega y es ajena

El Perú ha logrado avanzar en diversos campos en los últimos años. Nuestra economía es hoy bastante moderna y competitiva. Tenemos cada vez más emprendedores y estamos, finalmente, aprendiendo a valorar el éxito. A primera vista uno diría que somos candidatos a dar el salto al desarrollo.

Sin embargo, nunca lo podremos lograr si no mejoramos el Poder Judicial. Incluso, cada dos años se elige a un nuevo presidente de la Suprema, que ofrece en su discurso inaugural el oro y el moro de la reforma judicial. A las pocas semanas cambia el mensaje, empieza a quejarse de la falta del recurso presupuestal y no vuelve a mencionar la voluntad por reformar. Finalmente, termina su mandato dejando invariablemente un peor Poder Judicial que el inicial.

Más aún, como para recordar el estancamiento judicial, en los próximos días es muy probable que se repitan los violentos y escandalosos incidentes que se dieron hace algunos años para tomar el control de uno de los principales canales de televisión. Estamos nuevamente presenciando una proliferación de fallos y recursos de apelación que terminan, de una manera u otra, justificando cualquier tipo de acción. Al final no importa a cuál de las partes le den la razón, el desorden procesal generado por abogados 'combi’, que estamos, literalmente, presenciando en el televisor, reafirman la precariedad judicial. Si eso ocurre a ese nivel empresarial, imagínense lo que sufre un ciudadano común que tiene la desgracia de caer en las garras del Poder Judicial. Los juicios son eternos y aun los que logran un fallo nunca son totalmente absueltos porque el expediente puede, en cualquier momento, ser reabierto. En realidad, si una persona cae en un proceso judicial ya está condenada por el solo hecho de entrar; porque simplemente no sale más.

Esperamos que en esta ocasión las intenciones del nuevo presidente de la Suprema –Dr. Villa Stein– no se evaporen y se logre avanzar. Al menos ha declarado ser consciente del enorme costo que representa para el desarrollo del país la inestabilidad jurídica y el lastre de la corrupción judicial.

Ojalá esté dispuesto a rendir examen continuamente ante la opinión pública sobre el progreso de su gestión y no termine escudándose en la eterna excusa de la escasez presupuestal. En realidad, el Perú ya no puede soportar más la ineficiencia del Poder Judicial. Por ello la reforma es fundamental.

Peru 21

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