4.12.08

Analizando al New Deal

Frente al regreso de la receta keynesiana (elevar dramáticamente el gasto público para superar la recesión) que invade el planeta, a veces dudo de que sea el remedio. En todo caso, lo que sí facilita es que la crisis sea menos dolorosa, aunque deja deudas inmensas que las generaciones futuras deberán pagar.

Pero, ¿realmente el New Deal de Roosevelt, que aplicó a Keynes en EE.UU. a rajatabla, acabó con la Depresión estadounidense y evitó que el populismo fascistoide que arrasaba por el mundo llegue a esa nación?

Ojo que también hay petit histoire (pequeña historia): si el doctor judío Carl Weiss no asesina en 1935 a Huey Long, el popularísimo demagogo gobernador de Louisiana que era el favorito para ganar las elecciones de 1936, EE.UU. hubiera tenido su Perón.

Pero posiblemente EE.UU. no salió de la Depresión por el New Deal sino por la Segunda Guerra Mundial.

Como ahora, se dice que la Depresión se originó por los excesos del Capitalismo. Falso. Milton Friedman demostró que una severa recesión se tornó en una Depresión debido a que la FED estadounidense secó el mercado en lugar de inyectar liquidez, como sucedió acá en 1998 con el BCR (y, al revés de los años 30, la crisis financiera de ahora es básicamente culpa del ex jefe de la FED Greenspan por inundar de excesiva liquidez al mercado).

Se dice mucho que el presidente republicano Herbert Hoover no hizo nada para solucionar la Gran Depresión, que comenzó en 1929 bajo su mandato. Falso.

Incrementó el gasto público, permitió que el Congreso suba aranceles (la Smoot-Hawley Tariff, un craso error), concertó precios y salarios y subsidió al agro (Federal Farm Board).

Esa estúpida subida arancelaria que no vetó y la crisis europea (junio 1931) lo revienta. Desesperado, Hoover establece correctamente una agencia (la RFC) para detener las corridas bancarias, pero el Congreso lo maniata.

Con ya 20% de desempleo y quiebras masivas, el demócrata Franklin Delano Roosevelt lo derrota en 1932. Este con un Congreso faldero recapitaliza la banca, rebaja sueldos públicos y levanta la prohibición alcohólica (¡muy importante para distraer!).

De allí interviene con más subsidios y cuotas de producción agraria (la AAA) e industrial (NIRA), además de crear la Autoridad del Valle de Tennessee (TVA) para grandes obras acuíferas. El NIRA fue un fracaso y una oportuna sequía estabilizó la sobreoferta agrícola. Recién el agro llegó a los niveles de 1929 en 1941.

También creó un ambicioso programa de empleo (CCC y CWA), garantías de depósitos (Glass-Stealgall Act), comisión de valores (SEC), consejo del trabajo (NLRB) y pensiones para retirados. Pero nada de lo anterior los había sacado definitivamente de la Depresión y todo repentinamente empeora en 1937, recayendo de nuevo la economía yanqui.

EE.UU. entra a la Segunda Guerra Mundial en diciembre de 1941, ingreso provocado en parte por Roosevelt -al decretar en junio de ese año un embargo petrolero- y el conflicto significa el pleno empleo con las FF.AA. reclutando gente y fabricando equipos por doquier, duplicándose casi los ingresos semanales (de US$25 a US$43). Ese superestímulo elimina la Gran Depresión.

Además que EE.UU. emerge en 1945 como la única potencia que tenía su base productiva intacta al no haber sido bombardeada y reina solo en los mercados por tres décadas.

No todo fue el New Deal.

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