1.1.09

Combatir la pobreza, construir la paz

MENSAJE PAPAL EN LA JORNADA DE LA PAZ 2009

Por Juan Álvarez Vita. Embajador


Cada año, el 1 de enero, con motivo de celebrarse la Jornada Mundial de la Paz, el Papa envía a toda la humanidad un mensaje de reflexión en el que conjuga factores teológicos, económicos y políticos en correspondencia con su función de jefe de Estado y de líder espiritual, continuando así una tradición que se remonta a 1967, cuando el entonces Sumo Pontífice Paulo VI acoge la solicitud de una peruana, la señora Rosalía de Lavalle de Morales Macedo, fundadora del Centro Permanente de Paz del Perú.


Con el título de "Combatir la pobreza, construir la paz", Benedicto XVI retoma un tema que ya fuera abordado por Juan Pablo II, en su mensaje de 1993. Esta vez lo hace con una visión muy actual utilizando el fruto de investigaciones de economistas y sociólogos no solo sobre la pobreza, sino considerando también el significado espiritual y moral de la globalización e invitando a tener una "visión amplia y articulada" de la pobreza, no reduciéndola solo a la dimensión material, en cuanto "hay pobrezas inmateriales, que no son consecuencia directa y automática de carencias materiales".


El Papa aborda muchos temas en pocas palabras: la situación de los niños y de las madres, las enfermedades pandémicas, la necesidad de fomentar la investigación médica y aplicar, cuando sea necesario, "las reglas internacionales sobre la propiedad intelectual, con el fin de garantizar a todos la necesaria atención sanitaria de base". En otra parte de su mensaje, señala su preocupación por "el actual nivel global de gasto militar" que sustrae ingentes recursos destinados al desarrollo de los pueblos, e invita a los Estados "a una seria reflexión sobre los motivos más profundos de los conflictos, a menudo avivados por la injusticia, y a afrontarlos con una valiente autocrítica. Los recursos ahorrados se podrían destinar a proyectos de desarrollo de las personas y de los pueblos considerando que la lucha contra la pobreza necesita hombres y mujeres que vivan en profundidad la fraternidad y sean capaces de conducir a un auténtico desarrollo humano.


La segunda parte del mensaje tiene como tema: "Lucha contra la pobreza y solidaridad global", y contiene una serie de reflexiones y propuestas sobre temas de la globalización, el comercio internacional, la infancia y la actual crisis financiera, y sobre la exigencia de una gobernabilidad mundial bajo el signo de la solidaridad. "Uno de los caminos principales para construir la paz es una globalización que tienda a los intereses de la gran familia humana. Sin embargo, para guiar la globalización se necesita una fuerte solidaridad global, tanto entre países ricos y países pobres, como dentro de cada país, aunque sea rico. Certeramente afirma que la globalización abate ciertas barreras, pero esto no significa que no se puedan construir otras nuevas: "La marginación de los pobres del planeta solo puede encontrar instrumentos válidos de emancipación en la globalización si todo hombre se siente personalmente herido por las injusticias que hay en el mundo y por las violaciones de los derechos humanos vinculadas a ellas".


En la conclusión, Benedicto XVI subraya cómo "en el mundo global actual, aparece con mayor claridad que solamente se construye la paz si se asegura la posibilidad de un crecimiento razonable. En efecto, las tergiversaciones de los sistemas injustos antes o después pasan factura a todos. Por tanto, únicamente la necedad puede inducir a construir una casa dorada, pero rodeada del desierto o la degradación".


Es un mensaje cuya lectura es de múltiple interés y no solo para los miembros de la Iglesia Católica Romana. Requiere sí de una profunda reflexión y análisis como suele ser todo documento papal.

EL COMERCIO

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