El trajinado y curtido líder histórico del APRA, don Armando Villanueva del Campo, ha formulado una exhortación pública a los dirigentes de su partido para que actualicen y reestructuren el octogenario movimiento político e ideológico fundado por Haya de la Torre, antes de realizar un próximo congreso partidario. Tal como el propio Villanueva lo expuso en expectante conferencia de prensa: “para hacer este pedido podría exhibir muchos títulos –fundador de la FAJ (primer estamento juvenil del Partido Aprista) el 7 de enero de 1934, secretario general, presidente de la Cámara de Diputados, presidente de la Cámara de Senadores, ex candidato presidencial– pero lo hago en calidad de militante, que es el mejor de los títulos”. Así desea que el Partido Aprista se modernice aunque quizá su invocación no sirva sólo para el APRA sino para todos los partidos políticos del Perú.
Veamos. Sin duda el partido de la estrella es el primer y más organizado movimiento político del país, y si el patriarca del APRA señala que está en crisis –y debe reestructurarse– no queremos imaginar en qué estado se encuentran las demás tiendas partidarias. De seguro que también a éstas les urge pasar por un hondo proceso de aggiornamento. Por ello la puesta en agenda de la renovación partidaria no sólo le cae como anillo al dedo al APRA, sino también –y quizá en mayor proporción– a las demás colectividades democráticas añosas, como Acción Popular y el Partido Popular Cristiano.
La crítica y autocrítica de Villanueva del Campo trasciende las cuatro paredes del local de la avenida Alfonso Ugarte. Y si bien lo que hagan y digan los altos dirigentes del PAP, a partir del oportuno, firme y justificado pedido del nonagenario líder aprista, el tema estará bajo la lupa de los medios y de la opinión pública. Por tanto no sería bueno que sus homólogos –quienes tienen en sus manos las riendas de los otros partidos– silben mirando al cielo. La sociedad peruana se ha vuelto más compleja, dinámica y versátil, pero lo mismo no ha sucedido con los partidos políticos, que acusan un serio atraso en su estructura orgánica. Es evidente entonces que para que la ciudadanía se anime a respaldarlos –tanto en vida partidaria como electoralmente– las tiendas políticas necesitan adecuarse a la realidad.
Es más, en entrevista exclusiva a EXPRESO publicada en la edición de ayer, don Armando señaló sin ambages que los estatutos de los partidos acusan burocratismo, por lo que urge actualizarlos. Así textualmente declaró: “Los estatutos de todos los partidos deben adecuarse a la realidad (...). Todos esos estatutos se han burocratizado (...). De modo que todos los partidos requieren estatutos más ágiles, más realistas, que contemplen el cambio histórico”. Esperamos pues que esta posición clara y directa del legendario líder aprista abone para que el debate sobre la renovación –y sobre todo la vigorización– de los partidos políticos esté presente en la agenda nacional, principalmente en el ámbito del Legislativo.
EXPRESO
Veamos. Sin duda el partido de la estrella es el primer y más organizado movimiento político del país, y si el patriarca del APRA señala que está en crisis –y debe reestructurarse– no queremos imaginar en qué estado se encuentran las demás tiendas partidarias. De seguro que también a éstas les urge pasar por un hondo proceso de aggiornamento. Por ello la puesta en agenda de la renovación partidaria no sólo le cae como anillo al dedo al APRA, sino también –y quizá en mayor proporción– a las demás colectividades democráticas añosas, como Acción Popular y el Partido Popular Cristiano.
La crítica y autocrítica de Villanueva del Campo trasciende las cuatro paredes del local de la avenida Alfonso Ugarte. Y si bien lo que hagan y digan los altos dirigentes del PAP, a partir del oportuno, firme y justificado pedido del nonagenario líder aprista, el tema estará bajo la lupa de los medios y de la opinión pública. Por tanto no sería bueno que sus homólogos –quienes tienen en sus manos las riendas de los otros partidos– silben mirando al cielo. La sociedad peruana se ha vuelto más compleja, dinámica y versátil, pero lo mismo no ha sucedido con los partidos políticos, que acusan un serio atraso en su estructura orgánica. Es evidente entonces que para que la ciudadanía se anime a respaldarlos –tanto en vida partidaria como electoralmente– las tiendas políticas necesitan adecuarse a la realidad.
Es más, en entrevista exclusiva a EXPRESO publicada en la edición de ayer, don Armando señaló sin ambages que los estatutos de los partidos acusan burocratismo, por lo que urge actualizarlos. Así textualmente declaró: “Los estatutos de todos los partidos deben adecuarse a la realidad (...). Todos esos estatutos se han burocratizado (...). De modo que todos los partidos requieren estatutos más ágiles, más realistas, que contemplen el cambio histórico”. Esperamos pues que esta posición clara y directa del legendario líder aprista abone para que el debate sobre la renovación –y sobre todo la vigorización– de los partidos políticos esté presente en la agenda nacional, principalmente en el ámbito del Legislativo.
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