4.12.08

¿Comisión objetiva?

El ministro del Interior, Remigio Hernani Meloni, anunció ante la Comisión de Defensa, Orden Interno, Desarrollo Alternativo y Lucha contra las Drogas del Congreso, que reorganizará a la Policía Nacional y unificará los servicios de inteligencia para hacer más eficiente la lucha contra el terrorismo y el narcotráfico.

Pero creemos que si alguien quiere encarar propuestas de esta envergadura va a requerir de muchas energías para que aquellos planteamientos no caigan en saco roto o se olviden en el camino.

La gravedad de la situación actual exige luchar contra la siniestra alianza del narcotráfico y Sendero Luminoso –pacto infame que está logrando extenderse a otros lugares selváticos y rurales que no son el VRAE o el Alto Huallaga–. Para ello hace falta una reforma de la PNP, tanto en capacitación del personal policial subalterno y de los oficiales; en la infraestructura de comisarías y cuarteles; en los procesos administrativos; en la calidad del servicio; así como en la moral y mística institucional. Porque si los actuales defectos van a continuar, de ninguna manera se podrá combatir con éxito esas lacras. Peor aún si malos elementos de la PNP continúan reciclándose año tras año en la impunidad; inmoralidad esta que frecuentemente diluye los mejores planes que se implementan.

Sin embargo tan destructiva como la acción narcoterrorista es la delincuencia común, mal que a diario sufren millones de personas en todo el país. Es más, estamos llegando al punto de tener espacios urbanos donde el crimen campea a pesar de los programas policiales creados para hacerle frente. Por ejemplo en Chiclayo y el Callao. Allí los índices de criminalidad son altísimos para desgracia de quienes transitan por esas circunscripciones. Pero esa zozobra no sólo se vive allí. Sin ir muy lejos, hace apenas 48 horas en el distrito de San Isidro, dos delincuentes colombianos fueron abatidos por la Policía cuando escapaban con el botín de un robo. Entonces, ¿a qué extremo hemos llegado al generarse últimamente frecuentes balaceras que, como es lógico, bien podrían cobrar la vida de víctimas inocentes por el simple hecho de encontrarse en medio del fuego cruzado?

De manera que se imponen los cambios que propone el ministro del Interior que incluya un nuevo Plan Nacional de Seguridad Ciudadana –que considere la creación de una Escuela de Comisarios–, pues sólo con una PNP reorganizada se garantizarán medidas efectivas para combatir a las grandes, medianas y pequeñas mafias y al delito común en todas sus modalidades. Pero después del anuncio de la cabeza del MinInter, ¿podrá confiar esta vez la sociedad en el cumplimiento oportuno del anunciado rediseño de la PNP? Porque ya bastantes cambios se han dado en el Ministerio del Interior. Sólo –por mencionar algunos– cabe mencionar el “plan telaraña”, la “distritalización”, “el patrullero de mi barrio”, etc. Y ninguno ha tenido resultados visibles en cuanto atañe a la reducción de la delincuencia.

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