26.3.09

Buscando tres pies al gato

En nuestro país viene ocurriendo un fenómeno extraño: simultáneamente al evidente deterioro y caída en la calidad de nuestros legisladores, estos están haciendo lo imposible para permitir el ingreso de altos funcionarios a prestar servicio al Estado.

Anteriormente, el proceso de ratificación de un nombramiento público por parte del Legislativo era considerado como una señal de consenso que le otorgaba al funcionario ratificado estabilidad, y le permitía cumplir su función con más libertad. Hoy, ese proceso se ha convertido en un circo romano en donde los congresistas parecen disfrutar del maltrato que someten a los candidatos, importándoles poco que se quede vacante el cargo. Por ejemplo, el entrampamiento que se mantuvo durante varios años hasta que se logró el nombramiento de la actual defensora del Pueblo. Lo mismo ocurrió por un tiempo con los miembros del Tribunal Constitucional. Ahora, con el caso del contralor, se está repitiendo.

Más aún, el preinforme que discutirá la comisión encargada de evaluarlo debería ser usado como un modelo por todos aquellos que quieran aprender a buscarle tres pies al gato. El Sr. Beteta, a quien no conozco, tiene un historial profesional de primera; sin embargo, la comisión, mediante una tinterillada, le desaparece como por arte de magia una década completa de ejercicio profesional, como si ese período de su vida nunca hubiera existido. De esa manera se convierte a un experimentado profesional con 14 años de trabajo, en un recién egresado con solo cuatro años en el mercado, incumpliendo así con el requisito de 10 años de ejercicio. Uno se imagina que el pedido que deben haber recibido quienes elaboraron el documento era encontrar lo que sea para lograr que lo veten. Si prospera ese negativo informe, que esperamos sea rechazado, no tengo duda de que este gobierno se quedará sin contralor, ya que es seguro que ninguna otra persona de nivel estará dispuesta a someterse a esa pública humillación.

¿Quiénes ganarían con ello? Bueno, todos aquellos que no quieren una auditoría estatal moderna y transparente, entre los que debe haber miembros del Parlamento. Recordemos cómo el actual Congreso logró que el anterior contralor archivara la investigación sobre los gastos operativos de cada uno de ellos, luego de que se descubriera al legislador que 'comía’ mil pollos al día.

PERU 21

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