22.3.09

Este Papa no es charapa

Por Augusto Álvarez Rodrich
alvarezrodrich@larepublica.com.pe

Benedicto XVI puede ser dañino para la salud.

PUCALLPA.- En esta ciudad calurosa en la que, gracias a una invitación de Unicef, expuse ayer ante periodistas de la región sobre tratamiento de información del VIH/Sida, no puedo dejar de pensar en la declaración, lamentable y peligrosa, que hace unos días realizó Benedicto XVI en Camerún, y que afectará a niños y niñas desde África hasta la selva peruana.

El VIH es una de las epidemias más devastadoras de la historia que incide con fuerza en los segmentos vulnerables de la población como mujeres y niños. Según Unicef, en el año 2007, a nivel mundial, los menores de 15 años constituyeron el 17% de las nuevas infecciones, lo que significa 2.1 millones del total de 33.2 millones de personas que viven con el VIH.

África es la región más golpeada por la epidemia –23 millones de personas con VIH/Sida–, y el sur del Sahara, donde estuvo Benedicto XVI, registra los peores indicadores.

Los niños y jóvenes son el grupo más afectado. Precisamente ahí donde el Papa acaba de estar hay 1.8 millones de niñas y niños que en el año 2007 vivían con VIH. Ellos también se ven afectados por la enfermedad y muerte de sus progenitores, quedando huérfanos –con todo lo que ello implica para su futuro– o sumidos en la discriminación y el aislamiento.

Justamente en esa zona donde la carencia de información afecta tanto a la gente, Benedicto XVI proclamó la semana pasada que “…el Sida no se supera con condones, al contrario, sólo agrava el problema” y que la única vía de enfrentar la epidemia es con “una renovación espiritual y humana”.

La situación del sub-Sahara africano se parece, en términos relativos, a lo que está ocurriendo en la selva peruana, donde regiones como Loreto o Ucayali están registrando las tasas más altas de VIH/Sida del país, con una incidencia lamentablemente creciente en la población infantil y adolescente.

La falta de información sobre esta epidemia –un asunto que los periodistas deberíamos enfrentar con mucho más responsabilidad que ahora– afecta a las acciones de prevención del VIH/Sida así como la manera de encararlo, una vez que ocurre, para no producir discriminación.

Un grave obstáculo para ello es la actitud retrógrada de líderes de opinión mundial como Benedicto XVI cuya arrogancia fanática pone en riesgo la salud y la vida de mucha gente vulnerable, y explica, de paso, la pérdida de influencia de la Iglesia Católica por algunas de sus recomendaciones que dañan a la población y que, además, no son compartidas por curas y monjas que sí están cerca de pobres como los de África o de la selva peruana, y lejos de las salas con aire acondicionado del Vaticano o del Arzobispado de Lima.

El papa y sus funcionarios con ideas arcaicas, retrogradas; no representan ni en en suenos, una religion, ni menos a Dios. Todos sabemos que son una fuerza politica que desea compartir el poder de una y otra forma. (Lease La *** de Babilonia). La sociedad peruana, el pueblo peruano ya debe de LIBERARSE de esa nociva influencia.

Raul L. Vilca, MD, PhD(c).
New York, USA

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