25.3.09

Elecciones 2010-2011: calentando motores

Transcurrido apenas un poco más de la mitad del gobierno de García y ya el ambiente electoral invade los medios y la imaginación de los ciudadanos. Algo así como que ya no se espera nada diferente del curso del actual gobierno, que “ya dio todo lo que tenía que dar”, decepcionante final para quien decía que iba a encabezar el “cambio responsable” en el país. ¿Qué cosa ha cambiado respecto del gobierno de Toledo? El modelo económico es el mismo, quizás la alianza con la Confiep se ha acentuado, y la corrupción avanza incontenible, en calidad y cantidad. Basta comparar las acusaciones contra los familiares de Toledo y lo que ahora se quiere esconder de los petroaudios.

Estando así las cosas, a diferencia de las elecciones del 2006, ahora las elecciones regionales y las presidenciales se superponen. Como se recuerda, en las anteriores fueron dos campañas claramente diferenciadas, primero se eligió al presidente y los congresistas, y después a los presidentes regionales y los alcaldes. En cambio, ahora, en noviembre del 2010 se elegirán a los presidentes regionales y alcaldes, en plena campaña presidencial y de congresistas hacia la primera vuelta de abril del 2011. Ahora, el resultado electoral de noviembre del 2010 influirá grandemente en el de abril del 2011. Para bien o para mal. De allí el cuidado especial de la táctica electoral con que los partidos quieren abordar las elecciones regionales.

Por eso los novedosos acercamientos entre partidos políticos y movimientos regionales, habida cuenta del buen resultado electoral de estos últimos, así como iniciales aproximaciones entre partidos políticos que apuestan por candidaturas diferenciadas en las presidenciales pero bosquejan ir en una alianza política para las regionales. El nacionalismo, organizaciones políticas regionales, frentes de defensa y sectores de izquierda avanzan hacia una táctica electoral convergente para las elecciones regionales y presidenciales; el toledismo, Castañeda y el PPC ya han iniciado conversaciones para abordar el singular reto, de ir juntos en las regionales (probablemente se sumarán SP y AP) pero, por lo menos, con dos candidaturas presidenciales diferentes. Por fin se avizora algo nuevo en la política electoral. El APRA, presionada por los problemas y expectativas internas, camina hacia más de lo mismo. Están obligados a participar con la estrella y sus “invitados”, tanto a nivel regional como para las presidenciales y de congresistas.

Así, el espectro electoral se va aclarando. Derrotados los

psicosociales contra el nacionalismo y Ollanta, los proyectos de “frente único” de centro-izquierda y centro-derecha empiezan a tomar forma. En buena hora que se busque disputar el centro, ya que el próximo gobierno requerirá construir una verdadera mayoría política. En cambio, el APRA, sin Alan, se muestra dividida y disminuida para abordar las próximas elecciones… y confundida con esto de querer reivindicarse de izquierda pero estar al servicio de los poderosos de siempre. Y el fujimorismo, postulándose como el sostén de masas para un gobierno de contención del movimiento popular, continúa esperanzado en el fracaso del proyecto democrático de “centro derecha”, y así poder revivir sus relaciones con los poderes fácticos encubiertos, al interior de la iglesia, de ciertos medios de comunicación y de los sectores comprometidos con la violación de los derechos humanos. Es que habiéndoles expropiado la autoría del modelo económico del “libre mercado”, ahora sólo reclaman como suyo la mano fuerte contra la protesta social.

LA PRIMERA

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