21.3.09

La desesperación del hortelano

Los ciudadanos sufrimos cada día la tortura de la burocracia, sea esta del gobierno central o del municipal. Pese a todos los intentos de simplificación o de desregulación que se han aplicado en los últimos 20 años, el hecho real es que la pesada carga burocrática que tiene que asumir el peruano ha variado muy poco. Tenemos una legión de trámites absurdos y de procedimientos innecesarios, pero lo más perjudicial es que tenemos procesos administrativos poco claros. Eso significa que no importa si se cumple con presentar lo solicitado; el funcionario siempre tendrá la discrecionalidad de cuestionar lo que sea o de encontrar la sinrazón para devolver el trámite a foja cero, y a empezar todo de nuevo para el sufrido ciudadano.

Fue muy alentador que este gobierno haya sido consciente desde un inicio de la necesidad de desburocratizar el aparato estatal. Así, tenemos menciones a la necesidad de proteger al ciudadano en el discurso inaugural de García y sus ya famosos artículos del Hortelano. Sin embargo, camino a concluir su tercer año de mandato, es poco lo que ha logrado. El programa de modernización del Estado, lanzado con bombos y platillos, anunciando todo tipo de fusiones de entidades, parece haber sido desactivado para todo efecto práctico. Si es que aún existe, debe ser, como Forsur o Sierra Exportadora, una excusa para tener planillas para los compañeros. En realidad, lo único rescatable que el gobierno ha hecho hasta la fecha, en este tema, es la Ley de silencio administrativo, aunque es probable que tenga un impacto limitado si no se obliga a los sectores a cumplirla.

Ahora hemos presenciado el último ejemplo de impaciencia y desesperación presidencial: la convocatoria a una masiva plenaria de funcionarios, alcaldes y constructores, para acelerar las licencias de construcción.
Como resultado se ha formado una comisión multisectorial que ojalá dé algún resultado. Aunque mucho temo que mientras no exista al menos un ministro responsable de destrabar al Estado, rindiendo cuentas del progreso en su gestión, las iniciativas, por más imaginativas que sean, difícilmente prosperaran. Estoy seguro de que hay miembros del gabinete que bien podrían integrar la tarea a su actual cartera, y cumplir adecuadamente la función sin aumentar su planilla. Porque sería paradójico que crezca la burocracia para llevar a cabo la reforma.


PERU 21

No hay comentarios: