25.3.09

El Obamaplan

No me convence mucho este "Obamaplan" para rescatar a la economía yanqui. No va rápido al fondo del asunto y es de complicada ejecución.

Dudo mucho de que el sector privado se meta a fondo, a pesar de que las oportunidades de ganancia son muy altas, a costa de un fuerte aporte del contribuyente. Es más, me parece una solución abusiva con este último.

Creo que lo más sencillo era la nacionalización para posteriormente segregar al banco en "banco bueno" (cartera limpia) y "banco malo"

(cartera mala). Se vende el "banco bueno", que saneado puede ponerse a prestar pronto, y se procede a liquidar ordenadamente el "banco malo", algo que ya se hizo con las mutuales (safe & loans) tras su descalabro en la época de Reagan (las crisis financieras no son una historia nueva, como la quieren pintar los rojos). Claro, lo peor y más irresponsable es dejar que simplemente quiebren, como sugieren mis colegas liberales.

Eso puede degenerar en una cadena de quiebras por retiros indiscriminados y masivos del asustado público, lo que originaría una crisis sistémica sideral, una depresión tipo años 30. ¡Allí sí el rescate costaría 20 puntos del PBI! Es por eso que, lamentablemente, se tiene que rescatar siempre a los bancos, aunque muchos después protesten y digan que por qué entonces no los rescatan a ellos. El potencial costo de una quiebra bancaria sobre el PBI es varias veces mayor.

Por e-mail le pregunto su opinión a una fuente a la que respeto mucho. Esta confirma -en un texto ligeramente editado- mis temores:

"Me parece que hay una desconexión entre el diagnóstico y el tratamiento. El diagnóstico es de anemias y pulmonías más o menos comunes en una crisis financiera, como iliquidez y portafolio muy malos, mientras que el tratamiento seleccionado (programas TARP, TALF, etc.) es equivalente a varias cirugías masivas y con equipo médico muy experimental aún, como esto de fondos público-privados comprando activos tóxicos, como también es muy poco convencional plantear estos descuentos de cartera a bancos de inversión. Y se está yendo en algunos casos contra las recomendaciones más elementales en los procedimientos usuales para este tipo de urgencias, como esto de rescatar a los 'no-bancos', de crear estos complejos programas de recontratación de deudas hipotecarias o ver nada menos que a un supuestamente ultraconservador Banco Central descontando activos que no tienen mercado.

Lo que me preocupa es que, a juzgar por estas propuestas tan exóticas para males financieros tan silvestres, el problema tiene que ser mucho pero muchísimo más complicado de lo que se dice públicamente. Mira, si se afirma públicamente que un banco tiene un hueco de 'x' cantidad, pues debes multiplicar esa cifra por lo menos (y siendo conservador) por tres para que te acerques a la verdadera realidad. Acuérdate cuando se decía en 1998 que el Banco Wiese tenía un hueco de US$300 millones y resultó de US$1,500 millones. Felizmente que se apareció Bertini y los italianos de Intesa se mamaron todo eso, que si no eso lo pagaba el contribuyente peruano (hasta ahora no entiendo por qué se lo regalaron a Scotiabank cuando ya lo habían saneado e iba a comenzar a dar buena plata).

Mi impresión de este 'Obamaplan' es como si te dijeran que tienes una apendicitis pero que no te preocupes, cuñadito, que eso se arregla con un trasplante de corazón y una quimioterapia. Es decir, te están mintiendo y estás muchísimo más fregado en verdad de lo que te dice el matasanos

CORREO

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