27.3.09

Columnista invitado

Por Augusto Álvarez Rodrich
alvarezrodrich@larepublica.com.pe

MVLL sobre la guerra sucia que le hizo AGP.

Extractos de ‘El pez en el agua’, de Mario Vargas Llosa, sobre la guerra sucia que le declaró Alan García, con recursos públicos, para que fracasara su candidatura y triunfara la de Alberto Fujimori.

“… las piedras eran un aspecto secundario de la guerra sucia preparada por García y sus secuaces contra mí (…). Lo sustancial serían las operaciones de descrédito, a las que, a partir de enero, pareció dedicarse el gobierno entero, bajo la batuta del ministro de Economía. (…) vale la pena dar cuenta de las más llamativas, pues muestran los abismos de basura y, a veces, de involuntario humor, a los que sus patrocinadores redujeron el proceso electoral.”

“… la utilización de los organismos estatales para adulterar la verdad fueron tales que llegaron a darle a la mentira una suerte de protagonismo en el tramo final de las elecciones.”

“… un abogado aprista, Luis Alberto Salgado, acudió a la Dirección General de Contribuciones a pedir que se me abriera un proceso de fiscalización (…). Obedientes, las autoridades fiscales no me abrieron uno, sino varias decenas (…) Cada una de las acotaciones de la Superintendencia, que se suponen reservadas, llegaban a la prensa aprista e izquierdista antes que a mí y se publicaban de manera escandalosa. (...) ¿Cuánto trabajo significó para los colegas del estudio de Roberto Dañino hacer frente a esa inundación de investigaciones fiscales ordenadas por el presidente García como parte de la guerra sucia electoral?”

“... me trajo la grabación de una conversación telefónica entre el director de Página Libre, Guillermo Thorndike, y el director de Contribuciones, en que ambos discutían los pasos siguientes a darse en la campaña sobre mis declaraciones de impuestos.”

“Lo de los impuestos era una entre varias operaciones de descrédito con las que el gobierno trataba de impedir lo que todavía parecía un triunfo (...). Una de ellas me presentaba como pervertido y pornógrafo, y la prueba era mi novela Elogio de la madrastra, que fue leída entera, a razón de un capítulo diario, en Canal 7, del Estado, a horas de máxima audiencia”.

“Nuestro equipo de seguridad había detectado una orden dada la víspera por el presidente Alan García a todas las Corporaciones Regionales de Desarrollo de que, a partir de este momento, reorientasen su apoyo logístico –transportes, comunicaciones y publicidad– de la candidatura aprista de Alva Castro a la de Cambio 90.”

“La sensación, alimentada por las encuestas a lo largo de casi tres años, de que no había manera legal de atajar a ese intruso resucitador de la ‘derecha’ que llegaría al poder en olor de multitudes, había envenenado aún más su animadversión y, exasperada esta por las intrigas que orquestaba desde Palacio Alan García, había aumentado su encono contra mí de una manera demencial.”

LA REPUBLICA

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