25.3.09

En buena lid

Evidentemente que los partidos y los políticos llegan a la política para participar en elecciones. Las aspiraciones electorales de cada ciudadano son aceptables mientras no se conviertan en ambiciones individualistas y sin sentido colectivo. De ahí que el alcalde de Lima Metropolitana, los potenciales aspirantes del APRA a la presidencia de la República o a la alcaldía capitalina, así como los alcaldes distritales de San Miguel,

La Perla, el burgomaestre de la Municipalidad Provincial del Callao o el propio presidente del Gobierno Regional del primer puerto, se perfilan a participar en las campañas que se avecinan (2010 y 2011).

En ese contexto lo más saludable para todos es competir en buena lid. Por eso nuestro medio de comunicación aboga –y abogará– porque la dinámica entre los dirigentes políticos discurra de manera alturada y que el ganador –o ganadores– lo sea de manera trasnparente. Por tanto ayer denunciamos una jugada que busca desbarrancar, nada menos que con un proyecto de ley de la bancada aprista, al actual conductor de la Autoridad Autónoma de la Costa Verde, el alcalde Luis Castañeda Lossio, no sólo porque la referida iniciativa legal busca incorporar a ese proyecto a la comuna provincial del Callao y a los distritos de La Perla y La Punta sino también porque intenta cambiar la composición de votos que elegirán a su nuevo coordinador. Pero el plan no queda ahí pues adicionalmente, a través de esa iniciativa –y dicho sea de paso mantenida en reserva desde el 8 de enero de 2009 en que fue presentada a la Oficialía Mayor del Congreso–, se quiere cambiar el nombre de la “Costa Verde” (tan difundido y conocido por todos hace muchos años) por el de “Bahía de Lima”.

Por si acaso desde esta misma columna Editorial hemos sostenido la necesidad de impulsar las obras en los distritos ribereños del Océano Pacífico. Aún más, hemos solicitado que debía extenderse el Proyecto de la Costa Verde hacia el Callao para reforzar la continuidad de las playas con fines recreativos, urbanísticos y turísticos, así como para generar el desarrollo de inversiones en terrenos ganados al mar, por una sencilla razón: Lima es la única capital de Sudamérica que mira a un océano, y esto puede hacerse perfectamente sin modificar la Ley 26306 en los términos y alcances hechos públicos ayer.

En consecuencia, sí se pueden trabajar programas y presupuestos –alguno de los cuales ya fue enviado por el Ejecutivo a las autoridades del Callao y a las de San Miguel y Magdalena del Mar– con el objeto de rescatar la gran Bahía de Lima para nuestros habitantes y los visitantes que lleguen del exterior. Sin embargo, con segundas intenciones algunos parlamentarios apristas han ido más allá con el proyecto de ley que intenta bajarle la llanta al alcalde Castañeda quien, por ley, conduce las obras en la Costa Verde. Con esto, ¿acaso se busca favorecer a otras figuras políticas con miras a que lleguen con mejor pie a las futuras elecciones? Este tipo de trampas de desgaste no pertenecen a la buena política, la que queremos fomentar modestamente desde esta casa periodística. No deseamos pequeños montesinitos, tampoco jugadas maquiavélicas que sólo buscan malograr el sano clima democrático donde deberían competir los políticos limpiamente.

EXPRESO

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