15.3.09

A César Vallejo

Muchos utilizan la figura del poeta liberteño, César Vallejo, para obtener réditos de cualquier tipo. Unos organizan veladas -supuestamente artísticas- con el fin de que el desprevenido público, manifieste asombro ante ciertas majaderías que a ellos se les antojan, "poéticas".

En realidad muy pocos han leído sinceramente al poeta César Vallejo. Algunos ojearon ciertos párrafos o versos de su obra, pero el contenido auténtico del vate que dijera, entre otras cosas, que "todo acto o voz genial, viene del pueblo y va hacia él", queda aun intacto, porque quienes se acercaron a interpretarlo fueron oportunistas o "intelectuales".

La poesía de Vallejo no es un asunto de literatos sino de seres humanos, vivos, que día con día tienen que afrontar el cotidiano existir. La poesía de Vallejo es completamente vital, no hay en ella los alardes academicistas o retóricos de la poesía oficial, pero tampoco la chabacanería ni el cinismo de ciertos poetastros informales.

En la mayoría de los casos se confunde la indagación ecuménica y humana que hace Vallejo, con tristeza o melancolía. Y es que todos los hombres sentimos, pero lo que sentimos puede ser conciente o inconsciente. Podemos ser seres sentimentaloides y manipulados o podemos apasionarnos a partir de lo que sentimos.

El amor finalmente surge de un esfuerzo, un esfuerzo por entendernos a nosotros mismos y un descubrimiento de que somos otros, de que no somos.

Quienes asumen que Vallejo es lúgubre, es por que jamás sintieron en carne propia, la herida punzante del dolor ajeno, humano, del otro.

Es difícil para alguien encerrado en una cultura mezquina, como la nuestra, entender a quien descubre en su búsqueda individual, la verdadera solidaridad, porque la solidaridad es parte del conocimiento de uno mismo, y eso es lo que muestra en sus poemas Vallejo.

La dificultad para entender la poesía vallejiana no surge de un problema técnico o intelectual, es más bien falta de sensibilidad.

Vallejo, "El Cholo", decía que el motor principal de la poesía no es el intelecto sino el sentimiento.

LA PRIMERA

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