18.3.09

Lloviendo sobre mojado

Parece realmente desacertada, e inoportuna, la iniciativa que tendría la Sunat de establecer un mecanismo de retención a las operaciones que se realicen con tarjetas de crédito y de débito. Es evidente que el costo para los establecimientos comerciales que implique cualquier retención que estaría obligado a realizar el operador de la tarjeta será simplemente cargado al consumidor. En la práctica, se estaría creando –con el velo de una medida administrativa– un gravamen o un impuesto, pero sin aprobarse una ley para el caso; saldrá por la puerta falsa.

Es lamentable el hecho de que debido a la desaceleración de la economía, y a la fuerte caída en las utilidades de las empresas mineras, los ingresos tributarios serán menores a lo esperado en unos cinco mil millones de soles.

Sin embargo, la respuesta a esa situación debería ser combatir la evasión y mejorar la recaudación sin incrementar más la pesada carga que ya soporta el contribuyente formal. Una decisión de ese tipo que, sin duda, afectará el consumo, parece más bien salida del período de la equivocada búsqueda del enfriamiento, ya que va en contra del programa de estímulo del gobierno. Medidas como esa inevitablemente alientan la informalidad, pues con el costo adicional que significará pagar con tarjetas, se incentivará el uso del efectivo.

Por otro lado, luego del ITF, la Sunat ya no tiene credibilidad para recurrir nuevamente al cuento de que la iniciativa no es para recaudar sino para fiscalizar. Cinco años después de haberse creado ese pésimo impuesto, nuestra economía es más informal de lo que era entonces, y aún hoy toda la información bancaria que recibe el recaudador no ha permitido detectar ni una sola red de lavado de dinero. Pero cuando se exige que se derogue ese error, dicen que el tesoro no puede vivir sin él.

La situación fiscal es la mejor de los últimos cincuenta años y no debe ser motivo de desesperación. Por primera vez en la historia, contamos con un fondo de reserva que para mayo debe tener casi diez mil millones de soles, los cuales, administrados con cautela, nos permitirían soportar más de dos años de crisis externa sin tener que recurrir a medidas extremas y sin perder el rumbo hacia el objetivo correcto que es sostener el crecimiento.

PERU21

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