10.3.09

El garrote y la zanahoria

Pese al intento de intimidación de los taxistas informales, después de todo, funcionó 'el garrote’ en las revisiones técnicas, con lo cual los choferes omisos, ante la multa que se les está imponiendo, se han apresurado a tratar de cumplir con su obligación. Esta inusual muestra de firmeza por parte de la autoridad ha dado resultados, por lo que después de muchos años de inacción, se abre finalmente la posibilidad de que se empiecen a retirar las decenas de miles de carcochas que circulan diariamente por la capital destruyendo la calidad de vida de su población.

En realidad, es increíble cómo se ha permitido que una ciudad de ocho millones de habitantes llegue a tener un parque automotor tan deteriorado.

Esto origina la insoportable contaminación y el ruido ensordecedor que produce el tránsito limeño, los continuos cuellos de botella que generan los carros malogrados en plena vía, los diarios accidentes causados por combis u ómnibus que hace años debieron haber sido chatarreados, etc. En fin, esto y mucho más es lo que tienen que sufrir a diario los limeños, ya que por décadas se ha permitido la circulación de cualquier vehículo por la capital, lo cual ha sido una irresponsabilidad criminal.

Sin embargo, al éxito del garrote de la multa, habría que sumarle con urgencia la 'zanahoria’ de un servicio adecuado para beneficio del ciudadano, y también para asegurar que el necesario sistema de revisiones no sea cuestionado. Nunca quedó claro cuál fue la lógica del alcalde Castañeda para haber entregado un monopolio a un solo operador privado, ni tampoco cuál es la limitación legal que impide ahora al Gobierno, que heredó el problema, hacer posible una amplia competencia.

El hecho es que una revisión técnica no debería tomar, en total, más de una hora, para lo cual se requiere que exista, por lo menos, una docena de plantas, si no más, compitiendo por realizarlo. En la actualidad, para poder pasar la revisión, hay que cruzar la mitad de la ciudad, hacer cola y esperar. Entonces, al costo de la revisión hay que sumarle la pérdida de hasta medio día de ingresos, lo cual parece más bien una sanción. Esto último constituye un innecesario sobrecosto generado exclusivamente por la falta de oferta adecuada ocasionada por una limitación, que impide que exista competencia y que opere correctamente el mercado.

LA RAZON

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