20.3.09

Respaldo a investigación

No solo la hinchada sino el país merecen respeto de parte de los directores técnicos de los equipos de fútbol profesional, jugadores, dirigentes y agentes deportivos. Pero con gran pena vemos hoy a diversos personajes del fútbol peruano entrando en contradicciones y enredándose más en el tema de las contrataciones y transferencias de futbolistas, sobre todo a clubes del extranjero.

Vale decir, asistimos a un clima enrarecido que genera desaliento y mala imagen principalmente entre los deportistas más jóvenes, quienes observan que de llegar a la liga profesional podrían ser objeto de triquiñuelas o estafas. Con razón este deporte anda tan mal en el Perú. ¿Esto es lo que les espera a las nuevas generaciones de futbolistas que con esfuerzo buscan labrarse una carrera en algún club peruano?Ante el caso de arreglos poco éticos vinculados al contrato y pase de futbolistas, donde algunos entendidos indican que también habría evasión tributaria, han saltado a la luz pública –en relación a la transferencia del jugador Santiago Acasiete al Club Almería de España– los nombres del agente Carlos Delgado (dueño de la empresa Image), el consagrado futbolista Claudio Pizarro y hasta el del congresista Juvenal Silva del Partido Nacionalista, quien es dirigente de un club de fútbol. Pues no hay otra salida que investigar la mecánica que se utiliza para enganchar, por ejemplo, a futbolistas peruanos con el balompié europeo. El país necesita saber cómo se maneja el fútbol y quién engaña a quién, si los agentes deportivos engatusan a los dirigentes o si los dirigentes lo hacen con los clubes, o si en ciertos casos actúan en connivencia unos con otros para terminar perjudicando a los equipos y a la hinchada que vive de espaldas a negociados y trafas.Por eso resulta aceptable que, a través de la subcomisión de Juventud y Deporte, el Parlamento pueda realizar una investigación seria y oportuna al respecto a fin de descubrir cuán grande y ramificada está la informalidad –o el delito– en la transferencia o venta de jugadores. De manera que hay que darle el respaldo a aquella comisión congresal, máxime cuando queremos conocer a cabalidad qué está pasando en torno al fútbol nacional que en los últimos 27 años viene sufriendo derrota tras derrota, vergüenza tras vergüenza, deshonra tras deshonra. Seguro que una de las causas de esta preocupante realidad sea la forma tan ligera como se administran y se manejan los clubes.En ese sentido, al margen de lo que arrojen las pesquisas, es ya un hecho la necesidad de darles a los equipos de fútbol un nuevo marco normativo legal para que organicen sus actividades bajo la forma de sociedades anónimas, debidamente supervisadas y reglamentadas, única manera de evitar que la informalidad –y la trampa– sean una ventana a irregularidades o delitos. Una gestión científica, moderna y honesta es lo que necesitan nuestros clubes, donde incluso los gestos marquen la diferencia. Si no, veamos lo que pasa en otras latitudes donde –debido al escándalo que rodea a la transferencia del ex futbolista de Sporting Cristal, Roberto Silva, al equipo alemán Werder Bremen– el presidente de este club germano, Jürgen Born, renunció para no comprometer al colectivo que representa, mientras aquí los dirigentes suelen aferrarse perennemente a sus cargos.

EXPRESO

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