13.3.09

Sobacos ilustrados

Dentro de los personajes limeños que más carcajadas me motivan figura Jorge Bruce. Típico intelectualoide pretencioso, que disfraza una supuesta sapiencia e impulsa una inagotable ansia de opinar sobre todo lo humano y divino, apoyado siempre en términos psicoanáliticos y en luminarias invocadas constantemente para impresionar a la audiencia, todo esto acompañado de vestimenta negra (cuello Jorge Chávez) y afrancesadas poses corporales y voces "progres" (siempre susurrante, índice en sien y pulgar en mentón, etc...) que hacen delirar al caviarismo, a los cachimbos deslumbrados con este tío bacán y a las tías que además gustan de su pinta. Muy similar a los abogados huachafos que sacan por doquier latinazgos y citas para parecer eruditos, éste busca alguna causa "políticamente correcta" de moda y suelta su rollete de vendedor de sebo de culebra intelectual, adornándose con Lacan, Fromm, Jung, Freud y de alguna patología para redondear la faena y aparecer como muy inteligente. No quiero ofender con el estereotipo, pero me recuerda a esos argentinos que llegan a otros países y embaucan con el floro y la pinta. Este lorito inocuo no merecería mayor atención sino es por la mala fe que demostró hacia mí en un reciente programa de tv, tergiversando una columna -y en mi indefensa ausencia, porque para eso se me llama para debatir y aclarar- ante unos contertulios poco avisados o cómplices (seguramente por antipatías personales, como Brero y Álvarez Rodrich). Me da risa que me acuse de homófobo cuando precisamente creo haber sido el único director que ha escrito -¡repetidamente además!- a favor de establecer las uniones gay.

Legítimamente -y sin ningún ánimo peyorativo- simplemente especulé con que si Magaly Solier sería lesbiana después de los feroces comentarios que ésta lanzó contra los hombres (no por eso afirmé, ojo, que las lesbianas sean necesariamente andrófobas. Sólo especulé por el origen solierano de tan antipático y acendrado odio a los varones). ¡Perdóneme padre por el gran pecado que cometí al hacerme esa pregunta!

Así como las mujeres se enojan mucho, y con razón, cuando los hombres generalizan contra ellas con supuestos atributos y tópicos negativos, nosotros los hombres también tenemos el derecho de molestarnos cuando una figura pública suelta esas barbaridades contra nuestro sexo, así sea la heroína correcta del momento.

Lo de racista también es otra calumnia de este arlequín psicoanalítico: baste mirar un retrato del cholo JCM para descartar esa idiotez. Más bien, insisto en que "Madeinusa" deja a nuestros indígenas como unos salvajes alcohólicos e incestuosos. ¡Si fuera racista aplaudiría esa película más bien, dummies! Otra cosa es que piense que Llosa es una gran ganadora en todo caso y que por eso la deben condecorar, al margen de que no me guste su obra.

Existen unos párrafos de una carta del escritor Julio Ramón Ribeyro a su hermano Juan Antonio (París, 5 de julio de 1983) que transcribo porque creo que expresa todo sobre este "sobaco ilustrado", como antaño llamaban a los falsos eruditos que sólo calentaban libros, cargándolos en las axilas para impresionar:

"En el último número de Hueso Húmero, dedicado al psicoanálisis, hay un artículo de un joven psicoanalista sobre mi cuento "Silvio en El Rosedal".

Está bien escrito y es interesante, pero en definitiva es un disparate. Si el señor Bruce -que vive en París, además- hubiera conversado un poco conmigo se habría evitado escribir tantas majaderías. Pero jamás me ha buscado, a pesar de estar haciendo una tesis sobre mí.

El "Charlatán de Viena" (así llamaba a Freud el gran Nabokov) ha hecho verdaderos estragos en el mundo intelectual. Las teorías de Freud pueden ser relativamente válidas si se circunscriben a sus fines específicos (exploración del inconsciente, interpretación de los sueños, tratamiento de neurosis, etc.), pero son fatales cuando se extrapolan al análisis de las obras de arte..." (y a todo en la vida, añadiría yo).

CORREO

No hay comentarios: