Ya le había dado vueltas a esto del Museo de la Memoria este fin de semana y tras ver los resultados de este sondeo CPI/Correo, concuerdo con lo que la ciudadanía ha manifestado abrumadoramente al respecto: OK, que se erija este museo, pero que todo el proceso lo conduzca el Instituto Nacional de Cultura, tal como lo desea la mayoría de los inquiridos.
Los consultados han rechazado abrumadoramente que las ONG de izquierda nos vuelvan a imponer su versión de los hechos y hagan una agenda política y de negocios propios (como manejar las reparaciones y obtener por otro lado contratos por éstas, litigar en San José, constituir la planilla de la donación alemana, contratar a toda la familia y los amigos, etc�) de lo que debe ser un respetuoso homenaje. También la ciudadanía ha rechazado categóricamente que el Ejército gestione esto, lo cual es comprensible dado que es una de las partes interesadas y se les ha satanizado mucho.
Agregaría a la sentencia ciudadana que es primordial que dicho memorial se construya en un terreno en San Miguel, tal como generosamente lo ha planteado el alcalde Heresi, pues el Campo de Marte ha hecho honor a su nombre y se ha convertido en un lugar de confrontaciones debido a la torpeza malcriada y majadera de incluir nombres de terroristas en el ya muy desprestigiado "Ojo que llora".
Esto de que el INC sea el órgano encargado tiene todo el sentido del mundo, pues un museo por antonomasia equivale a cultura y este es nuestro máximo ente en ese campo.
Podría además convocarse a una comisión consultiva adjunta y no ejecutiva, integrada por dos delegados del APRA y Acción Popular (los dos partidos que más sufrieron bajas por el terrorismo y que se enfrentaron al terror desde el gobierno) respectivamente, un delegado de las FF.AA., el alcalde Heresi, un congresista nombrado por el pleno, el cardenal de Lima, Ronald Gamarra de la Coordinadora de DD.HH., Mario Vargas Llosa (no creo que se pueda negar tras lo que escribió), el presidente regional del castigado Ayacucho, un delegado de las víctimas de la emblemática calle Tarata y un delegado indígena que represente a los ashaninkas, la etnia más masacrada por Sendero Luminoso. Once peruanos que tienen que ponerse de acuerdo en sus recomendaciones al INC.
De otro lado, el museo debería llevar el nombre general de María Elena Moyano, con tres galerías que lleven los nombres de sendos personajes públicos destacados abatidos por el terror: el general Enrique López Albújar, el ministro aprista Orestes Rodríguez y el presidente del JNE Domingo García Rada. Me parece justa y equilibrada esta propuesta, dándole cabida a tirios y troyanos, evitando que una vez más la izquierda secuestre la agenda de los Derechos Humanos y nos caricaturice al resto como unos cavernícolas. Reitero que aún no ando convencido de que es el momento para erigir este memorial, pero sí apoyaría en todo caso este esquema por ser el más cuerdo, imparcial y reconciliador.
- Ojo a la parte política de la encuesta: ya aparece Donayre en el radar con casi 3%, muy cerquita al candidato aprista, a PPK y a Yehude. Y Luisa María Cuculiza obtiene una gran delantera sobre el resto de candidatos si no corre Castañeda, destacando que Meche Aráoz obtiene allí una posición expectante sin haber movido ninguno de sus bellos músculos (su posible rival interna Susana Pinilla apenas aparece). Interesante.
CORREO
Los consultados han rechazado abrumadoramente que las ONG de izquierda nos vuelvan a imponer su versión de los hechos y hagan una agenda política y de negocios propios (como manejar las reparaciones y obtener por otro lado contratos por éstas, litigar en San José, constituir la planilla de la donación alemana, contratar a toda la familia y los amigos, etc�) de lo que debe ser un respetuoso homenaje. También la ciudadanía ha rechazado categóricamente que el Ejército gestione esto, lo cual es comprensible dado que es una de las partes interesadas y se les ha satanizado mucho.
Agregaría a la sentencia ciudadana que es primordial que dicho memorial se construya en un terreno en San Miguel, tal como generosamente lo ha planteado el alcalde Heresi, pues el Campo de Marte ha hecho honor a su nombre y se ha convertido en un lugar de confrontaciones debido a la torpeza malcriada y majadera de incluir nombres de terroristas en el ya muy desprestigiado "Ojo que llora".
Esto de que el INC sea el órgano encargado tiene todo el sentido del mundo, pues un museo por antonomasia equivale a cultura y este es nuestro máximo ente en ese campo.
Podría además convocarse a una comisión consultiva adjunta y no ejecutiva, integrada por dos delegados del APRA y Acción Popular (los dos partidos que más sufrieron bajas por el terrorismo y que se enfrentaron al terror desde el gobierno) respectivamente, un delegado de las FF.AA., el alcalde Heresi, un congresista nombrado por el pleno, el cardenal de Lima, Ronald Gamarra de la Coordinadora de DD.HH., Mario Vargas Llosa (no creo que se pueda negar tras lo que escribió), el presidente regional del castigado Ayacucho, un delegado de las víctimas de la emblemática calle Tarata y un delegado indígena que represente a los ashaninkas, la etnia más masacrada por Sendero Luminoso. Once peruanos que tienen que ponerse de acuerdo en sus recomendaciones al INC.
De otro lado, el museo debería llevar el nombre general de María Elena Moyano, con tres galerías que lleven los nombres de sendos personajes públicos destacados abatidos por el terror: el general Enrique López Albújar, el ministro aprista Orestes Rodríguez y el presidente del JNE Domingo García Rada. Me parece justa y equilibrada esta propuesta, dándole cabida a tirios y troyanos, evitando que una vez más la izquierda secuestre la agenda de los Derechos Humanos y nos caricaturice al resto como unos cavernícolas. Reitero que aún no ando convencido de que es el momento para erigir este memorial, pero sí apoyaría en todo caso este esquema por ser el más cuerdo, imparcial y reconciliador.
- Ojo a la parte política de la encuesta: ya aparece Donayre en el radar con casi 3%, muy cerquita al candidato aprista, a PPK y a Yehude. Y Luisa María Cuculiza obtiene una gran delantera sobre el resto de candidatos si no corre Castañeda, destacando que Meche Aráoz obtiene allí una posición expectante sin haber movido ninguno de sus bellos músculos (su posible rival interna Susana Pinilla apenas aparece). Interesante.
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