20.3.09

Esperando a godot

Los vecinos de Lima nos sentimos como personajes en un absurdo teatro. Diariamente nos preguntamos cuándo llegará el Metropolitano, para solo recibir el silencio como respuesta y acostarnos al concluir la jornada sin saber nada. Al día siguiente, nos levantamos y nuevamente nos preguntamos cuándo llegará… La obra, cuyo estreno original se iba a producir hace ya dos años, todavía no tiene fecha de arribo a la cartelera. Pero uno se va acostumbrando a la inconveniencia, a la incertidumbre, a la molestia y hasta al silencio. Así que la espera por el ausente Metropolitano ya empieza a formar parte de nuestro quehacer diario, y cada vez son menos los que creen que algún día realmente se materializará su presencia en la escena.

Si bien toda obra de infraestructura de consideración que se lleve a cabo en cualquier ciudad siempre causará molestias a sus habitantes mientras se está ejecutando, y el Metropolitano no es la excepción, lo que es inusual –incluso, uno diría único– de este proyecto es que no tiene fecha de terminación y ni siquiera tiene un presupuesto definido para su ejecución.

La primera etapa, que comprende la Vía Expresa, la Estación Central de la Plaza Grau y las extensiones viales que irán de Chorrillos a Comas, no estará concluida antes de mediados del 2010 y su presupuesto inicial prácticamente ya se ha doblado, sin que aún tengamos la garantía de que al menos esa parte del proyecto podrá ser, efectivamente, terminada.

Por otro lado, el sistema integral de transporte público también comprende el Tren Eléctrico y nueve corredores viales. En el primer caso, se acaba de anunciar que se ha logrado un financiamiento para que el Gobierno pueda ejecutarlo –por lo que sería mucho pedir contar con una fecha cierta de estreno– pero en lo que respecta al resto no hay ni fecha ni presupuesto.

Es evidente que la magnitud del proyecto ha desbordado la capacidad tanto presupuestal como de gestión de la Municipalidad de Lima. Por ello, sería fundamental que el proyecto pase a ser de interés y responsabilidad conjunta con el gobierno central. De esa manera la disponibilidad de recursos aumentaría y también se incrementaría la capacidad de ejecución. El riesgo de no tomar una decisión en ese sentido es que los limeños terminemos esperando eternamente por proyectos que ni siquiera sus creadores saben si algún día arribarán.

PERU 21

No hay comentarios: