11.3.09

Los puertos son estratégicos

ABSURDAS CONCESIONES AUTOFINANCIABLES

Por: Germán Gálvez Ingeniero

Es absurdo pensar que un inversionista extranjero acepte participar en una concesión que no sea rentable. Es decir, que esta no pueda repagarse y producir una utilidad expectaticia dentro del tiempo en el que se otorga la concesión. Si a esto agregamos que por su naturaleza la concesión es estratégica, es decir, resguarda los intereses de la nación, se hace más sensible la decisión de otorgarla por el simple hecho de carecer de disponibilidad inmediata.

Es condición sine qua non para motivar la inversión sin necesidad de concesionar aquello que puede y debe ser manejado por nosotros mismos, los estudios que preceden la concesión y aseguran su rentabilidad, única forma de motivar a que se produzca. Con los estudios se puede gestionar inversiones y equipamientos en cualquier fuente de financiamiento del exterior, sobre todo cuando las circunstancias críticas de la economía invitan a los inversionistas a colocaciones estables y seguras.

No es posible argumentar que se carece de presupuesto para realizar una obra de alta rentabilidad si se posee el proyecto que avala la inversión, dándole la consistencia a la promoción financiera que emerge del proyecto que cumpla con las exigencias concesionarias de cualquier inversionista. Cuando existe el carácter estratégico en una obra determinada, este compromete la seguridad de la nación y su adecuado manejo para hacerlo más eficaz en beneficio del país.

Sabemos que todos nuestros puertos del Pacífico, donde la región amazónica de los países limítrofes vierte sus productos hacia el Asia, son la puerta por la que el Brasil canalizará también su producción, abriéndonos recíprocamente las posibilidades del Atlántico para nuestra vinculación directa con el Mercado Común Europeo. Esta reciprocidad le da un valor agregado a todos nuestros puertos marítimos y consecuentemente un valor estratégico per se, no susceptible de concesionarse. En consecuencia, si las obras de ampliación y equipamiento garantizan su eficacia y rentabilidad, es procedente negociar acciones conjuntas que beneficien a las partes y establecer empresas capaces de su administración asumiendo las garantías y fianzas que emergen de la rentabilidad de las concesiones potenciales que no deben prosperar.

No es posible concesionar recursos naturales estratégicos, porque lesiona la seguridad nacional y sus proyecciones a las generaciones futuras, poniendo en riesgo nuestra soberanía.

No es posible otorgar en concesión negocios estratégicos y autogestionarios cuando son susceptibles de promover recursos propios de autofinanciación, e inclusive de emitir valores susceptibles de redimirse con su propia rentabilidad, por lo que los mecanismos de negociación deben ser técnicamente establecidos por los centros de investigación nacional y los colegios profesionales competentes.

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