9.3.09

Nuevo diccionario de economía

Por: Richard Webb

El lenguaje cambia continuamente, siguiéndole el paso a la realidad que refleja. Invalorable resulta, entonces, la labor de la real academia del lenguaje económico para asegurar el uso correcto y actualizado del idioma. Aquí reseñamos algunas revisiones que la academia incorpora en su reciente versión del diccionario de economía.

Donde antes se decía trimestre, ahora debe decirse año. Durante el 2008, las proyecciones de los expertos acerca del fin de la crisis financiera se expresaban en un número de trimestres, casi siempre “dos a tres trimestres”. Pero cuando un destacado grupo de expertos fue consultado a inicios del 2009, ninguno habló de trimestres. La proyección favorita para la duración de la crisis ahora es “dos a tres años.”

Sin llegar a la prohibición total, la academia aconseja no usar la expresión “proyección”, innovación importante en vista de que se trataba de uno de los términos más usados del diccionario anterior. Alan Blinder, profesor de la Universidad de Princeton y antes vicepresidente del Federal Reserve Bank de Estados Unidos, asegura ahora que, en cuanto al futuro, “nadie sabe”. James Grant, conocido comentarista de Wall Street, recomienda que ni siquiera debería plantearse la pregunta “¿cuándo terminará la crisis?”. Las respuestas, dice, solo serán vaporosas y engañosas. Marcelle Chauvet, economista de la Universidad de California, sostiene que hacer proyecciones es como tirar los dados, y Stephen Roach, presidente de Morgan Stanley Asia, asegura que los indicadores de recuperación anunciados por los analistas resultarán ser falsos amaneceres.

Otro término que está de salida es “ciencia económica”. El profesor Blinder considera hoy que la pretensión de saber el futuro es un mero arte oscuro. También debe darse de baja a las lecciones de la historia. Harold James, historiador de Princeton University, dice ahora que la historia no ofrece lecciones seguras, aunque su historia oficial del Fondo Monetario Internacional publicada hace diez años transmitía un gran optimismo acerca de la creciente educación globalizadora del mundo. Otra víctima de la crisis es la expresión “expectativas racionales”, concepto que mereció el reconocimiento de un premio Nobel, pero es ahora sustituido por su contrario, “expectativas irracionales”.

Un término nuevo es “gran recesión”, que el profesor Niall Ferguson de la Universidad de Harvard define como menos grave, pero igualmente largo a la Gran Depresión de los años treinta.

Sin embargo, el cuco moderno sería la “recesión en forma de L”, término gráfico que denota el reemplazo del ciclo usual (forma de U) por una caída sin recuperación.

No hay comentarios: